Protesta ciudadana ante el abuso

Octubre de 2019. Miles de ecuatorianos protestamos, en la mayoría de ciudades de la serranía, por la injusticia (decreto 883) cometida por Lenin Moreno, Presidente de la República.

Lenin Moreno marginó a los sectores sociales más vulnerables y favoreció a los más pudientes; sector al cual pertenecen la mayoría de sus colaboradores, en ministerios e instancias de gobierno.

Provocación de los déspotas

La protesta se enardeció por las amenazas del Presidente y sus Ministros: declaración de estado de emergencia, militarización del centro de Quito, anuncios de toques de queda, uso brutal de la fuerza por parte de la policía y del ejército.

La base de protesta de octubre fueron las comunidades (indígenas) organizadas, a las cuales se pretendió sabotear con infiltrados, manipulación de expertos (Enrique Ayala Mora), igual que el uso de la fuerza militar y policial.
Organización, desmanes y manipulación

Entre quienes protestaban, sobre todo en Quito (porque, en Guayaquil el robo y el vandalismo, es frecuente en la vida citadina) existieron infiltrados, tanto del mismo gobierno (policías) y de otros interesados, incluso -decían- para quitar evidencias (el ataque absurdo a la Contraloría General del Estado) o provocar caos, para aventajarse políticamente.

La organización se fundamente (en ella, por ejemplo, participaron voluntariamente los gerentes de las cooperativas con las respectivas esposas e hijos; así como la logística para la atención en la alimentación y los relevos, etc.), aunque los pseudo periodistas difundieron, como si fuese novedad la manera de convocatoria de las comunidades: el control mediante la pertenencia al grupo y los servicios conseguidos como comunidad, mediante multas.

Entre pudiente y marginales

Las manifestaciones de los movimientos sociales, centradas en las comunidades indígenas, recibieron el apoyo de la mayoría de la ciudadanos ecuatorianos pertenecientes a los estratos de la clase media y baja; mientras, quienes las desaprobaron perteneces a los estratos sociales privilegiados.

Los grupos pudientes defendieron las medidas de Moreno, para este cometido usaron de los ámbitos de poder y empresarial que controlan, por ejemplo, los medios de comunicación, los bancos, las industrias…etc.

Igualmente, los arribistas quiteños se sorprendieron con la presión popular en las calles, que desde hace años no se imponía, también llamó la atención el terror impuesto por algunos facinerosos en los barrios residenciales.

Bochornos para los ecuatorianos

Conversar con un mentiroso sin palabra.- La presión social obligó a Lenin Moreno a dialogar con los líderes sociales comunitarios.

El servilismo de los medios de comunicación se mostró en su falta de profesionalismo y parcialidad, seguramente por la presión (despido) o los incentivos (promoción y notoriedad) de los susodichos grupos privilegiados, que están detrás de tales medios.

La represión brutal serán el estigma de Lenin Moreno, sucesor de Rafael Correa, que se desempeñaba como motivador y perteneciente a las clase social media baja ecuatoriana.

La actuación de policías y soldados (salvo algunas excepciones, tal vez más en las Fuerzas Armadas), recibió homenaje y reconocimiento (se supone con bonos de dinero) por parte de Lenin Moreno.

Los uniformados engañaron a la población, varias veces, y de no ser por la presencia de niños y mujeres en la macha, igual que el resguardo pacifico de los estudiantes universitarios, hubiesen actuado con mayor violencia, beligerancia y brutalidad como se mira en algunos videos, tanto como el lanzamiento de bombas de gas incluso en predios de las Universidades.

Confraternidad entre pobres ante las garras del monstruo

Las redes sociales y aquellos que apoyaban las acciones de protesta pudieron romper el cerco mediático, que la televisión comercial pretendió cubrir las acciones de la policía y del ejército, que podían dar cumplimiento a las amenazas de los ministros de Defensa y de Gobierno.

Seguramente, los ricachones pretendían actualizar esos siniestros cuadros que relató Jorge Icaza en otro tiempo, cuando masacraron a los indios que reclamaban a los terratenientes.

Una lección de democracia

Los líderes sociales, al encarar a Lenin Moreno, exigieron que el evento fuese público, esto es transmitido en directo por la televisión y con la cobertura de periodistas nacionales e internacionales.

El reclamo de la dirigencia se enfocó en la falta de trabajo, realizado por los ministros; esto dejó patente, la actitud servil de tales personajes ante las pretensiones del Fondo Monetario Internacional, con quienes firmaron una carta de intención para facilitarles préstamos, sin especificar en qué se gastarían.

Los gamonales en el poder

La figura del Presidente Moreno y las de sus ministros, que además de la altanería (al viejo estilo de los gamonales de hacienda que engañar a los pobres) se perdieron en bagatelas y divagaciones (un insulto para el pueblo ecuatoriano) no fueron capaces de estructuras discursos políticos dignos, sino que en comparación con las presentaciones de los lideres comunitarios (indígenas) quedaron como tontos cuya designación a tan altos cargos no se justificaba.

La tesis del patrón

Mientras, la insistencia de Moreno, insinuaba que los lideres comunitarios habían sido manejados y resaltaba la propuesta de algunos subsidios destinado a ellos.

Contrariamente, fue sonora la aseveración, de parte de los líderes de los movimientos sociales, de no estar allí para alcázar dádivas del régimen sino por una preocupación seria ante el modelo económico escogido y los argumentos para señalarlo perjudicial para todos los ecuatorianos, especialmente para los menos desfavorecidos.

Después, de una hora larga de receso, la resolución del Presidente y de los ministros, que aceptaron el pedido de los líderes de los movimientos sociales; pero, quedo pululando el hedor de una estrategia oculta y mañosa.

¿El fin de los déspotas en el poder?

También, octubre 2019 fue el aflorar del reto de diseñar, promover y implantar leyes que promuevan la igualdad de oportunidades para todos y ponga cerco a los abusos del despotismo.