
Las sectas son corrales en el que los secuaces disfrutan de unos beneficios particulares, siempre y cuando permanezcan en el grupo y fieles a sus enseñanzas. Todo grupo sectario exige de sus miembros una manera de pensar coherente con la actitud de obediencia circunscrita a unos parámetros determinados por las cabezas del grupo. La cooptación de miembros por parte de los jerarcas de los grupos sectarios es una prioridad para ellos, en esta empresa persiguen y persuaden a los seres humanos mediante proselitismos fantasiosos que encuentran asidero en quienes tienen actitudes para ser parte de estos grupos cerrados y excluyentes.
Entre las aptitudes requeridas de un candidato para ser miembro de una secta se pueden enumerar: la tendencia a encontrar soluciones fáciles a problemas reales, complicados y complejos; la falta de esfuerzo en el ejercicio del pensamiento y de la voluntad, ya sea por la vagancia, consecuencia de las comodidades de una condición de opulencia, sea por el desconocimiento de las prácticas, causado por la impotencia que surge de la pobreza y de la escasez.
Las sociedades o las instituciones donde una secta ejerce su influencia muestran: la hegemonía de una idea –un paradigma- con el desprecio de otras ideas; la marginación de quienes piensan y viven de modo diferente; el ejercicio del poder o de autoridad en un modo despótico; la valoración de los miembros en relación al cumplimiento de estereotipos en las labores señaladas; la promoción de los miembros, a los cargos representativos y de administrativos es en función de la adhesión a los deseos de los mandamases del grupo sectario.
El ser humano, como ser gregario y cuyo quicio existencial es la acogida y la abyección, se convierte en una víctima innata, proclive, fácil e incluso se puede afirmar, que es invadeable el hecho del ser humano como parte de una secta; mas, es necesario reconocer que la redención de esta cadena y de esta epidemia congénita necesita del uso del pensamiento y de la voluntad, mediante las prácticas habituales de la meditación, de la lectura y de la escritura. Sin estas prácticas, las sectas son una infección irremediable, que afecta a los individuos, a quienes impide su efectiva dignidad, y a la sociedad, convirtiéndola en un ámbito de esclavos a servicio de caciques.