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La reflexión de la identidad de un pueblo requiere enfocar a quienes fueron los protagonistas de las acciones. Al tratar de la cultura, la consideración, para determinarla, requiere la reflexión sobre aquello que motivo las actitudes y los comportamientos de los seres humanos de un pueblo.

La voz de don Aníbal Cueva Yánez sonaba en Radio La Voz del Valle de Machachi y ahora resuena en los recuerdos agradecidos de quienes fueron sus radioescuchas. ¿Cuánto le debe el Valle de los Volcanes y cada mejiense a la estación otrora ubicada en los 1040 kilohercios de Amplitud Modulada y a la personalidad de don Aníbal Cueva? ¡Mucho!

El criterio determinado, definido y sostenido es constitutivo de la personalidad de don Aníbal Cueva y le permitía manifestarse de modo preciso, incluso fuerte, sin componendas ni supuestas diplomacias; de diálogo sazonado con un exquisito gusto por la broma oportuna, fina y profunda, no se diga de su acogida amable, entretenida y sabia conversación.

La Voz del Valle adquirió, en el trascurso de su tiempo de emisión, el prestigio de ser la voz del pueblo de Machachi, jamás estuvo marginal a los problemas sociales y políticos locales, sin zoquetearías o zalamerías, inspiró movimientos en pos del bien común, igual que todos aquellos deseos de cultivar las artes y el folklore. Costaría encontrar la obra, en el cantón Mejía, que no haya contado con el apoyo, el criterio y la colaboración de don Aníbal Cueva y de La Voz del Valle.

La conmemoración de los 25 años de la Casa de la Cultura, extensión Cantón Mejía, hubiese esperado un discurso con el fuste del espíritu que alienta a un machacheño de ley; un ímpetu que lleva, a quien siente la tierra de los volcanes en su sangre, a no transigir ante cualquier ventisca o a someterse a interés ridículos por cuatro monedas o pujos de vanidades pueblerinas. Cuando se habla de “Cultura” –cito al gran Thomas Mann. Der Zauberberg, 1924-  se habla del “espíritu” que anima el corazón del ser humano, haciéndolo definido con una existencia ni banal, ni efímera, ni estéril.

Es mucho lo que los machacheños debemos a los mayores y muestra clara del respeto y la honran que se merecen es reconocer el espíritu que animó sus existencias, igual que mantenerlo, proponerlo y custodiarlo, sin duda en ese legado don Aníbal Cueva Yánez tiene uno de los pendones, que celebro y agradezco con motivo de la efemérides de la extensión del Casa de Carrión en Machachi.