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Plantas crecidas en el interior de la Curia de Ibarra |
El techo de la
capilla episcopal de Ibarra se fue al suelo, se desplomó. La noticia del incidente
cayó en la opinión pública con menos intensidad que los palos, las tejas, las
láminas de zinc, los plásticos y el tumbado. Con semejante desplome sucumbió el
último arreglo realizado al edificio en tiempos de
Mons. Antonio Arregui Yarza, un obispo muy querido entre las comunidades
y los sacerdotes, también considerado uno de los constructores de la diócesis
de Ibarra.
capilla episcopal de Ibarra se fue al suelo, se desplomó. La noticia del incidente
cayó en la opinión pública con menos intensidad que los palos, las tejas, las
láminas de zinc, los plásticos y el tumbado. Con semejante desplome sucumbió el
último arreglo realizado al edificio en tiempos de
Mons. Antonio Arregui Yarza, un obispo muy querido entre las comunidades
y los sacerdotes, también considerado uno de los constructores de la diócesis
de Ibarra.
Ahora, soportes de
hierro apuntalan uno de los costados de la capilla episcopal, que por su número,
su disposición y grosor manifiestan el miedo por el colapso total de la obra
promovida otrora por Mons. Pedro Rafael González y Calixto (1876-1893), tercer obispo de Ibarra, después
del cataclismo de 1868. Sin duda, una de las causas del desplome del techo de
la capilla episcopal de Ibarra es el descuido y la falta de mantenimiento básico y rutinario de la histórica construcción, como puede verse por algunas plantas enraizadas
en los techos no solo de la catedral sino en el edificio de la Curia, donde una buena voluntad podrían limpiarlas sin muchas dificultades y con ello, incluso mejorar el
aspecto de acogida y cuidado de quienes frecuentan y visitan aquellas oficinas curiales.
hierro apuntalan uno de los costados de la capilla episcopal, que por su número,
su disposición y grosor manifiestan el miedo por el colapso total de la obra
promovida otrora por Mons. Pedro Rafael González y Calixto (1876-1893), tercer obispo de Ibarra, después
del cataclismo de 1868. Sin duda, una de las causas del desplome del techo de
la capilla episcopal de Ibarra es el descuido y la falta de mantenimiento básico y rutinario de la histórica construcción, como puede verse por algunas plantas enraizadas
en los techos no solo de la catedral sino en el edificio de la Curia, donde una buena voluntad podrían limpiarlas sin muchas dificultades y con ello, incluso mejorar el
aspecto de acogida y cuidado de quienes frecuentan y visitan aquellas oficinas curiales.
La liturgia opera
a partir de los visible hacia lo invisible -al misterio fecundo de la misericordia
vivificante-, de igual modo que la vida de cada bautizado, que es la misma obra del Espíritu
Santo y se manifiestan en el compromiso, expresión del amor autentico, incluso
en el cuidado de paredes, pintura, llaves de agua, tuberías, tejas….
a partir de los visible hacia lo invisible -al misterio fecundo de la misericordia
vivificante-, de igual modo que la vida de cada bautizado, que es la misma obra del Espíritu
Santo y se manifiestan en el compromiso, expresión del amor autentico, incluso
en el cuidado de paredes, pintura, llaves de agua, tuberías, tejas….