Prematura
fue la concepción y prematura -parece- la inauguración. El nuevo mercado de
Otavalo fue parte de la estrategia para mantenerse en el poder del grupo de
Mario Conejo, al ocaso de los largos años en el encargo del poder político en el
municipio Sarance. El proyecto tan ambicioso como necesario se ideó para ser
emplazado en el sitio del estadio, originando, con ello, otro nuevo problema: la
construcción de un nuevo estadio. Problemas que fueron transferidos, juntamente
con otros –como la pesadez burocrática-, a una nueva administración, que
tampoco ha encontrado viabilizar y liberarse de los fardos o afrontar las
necesidades con prontitud.
fue la concepción y prematura -parece- la inauguración. El nuevo mercado de
Otavalo fue parte de la estrategia para mantenerse en el poder del grupo de
Mario Conejo, al ocaso de los largos años en el encargo del poder político en el
municipio Sarance. El proyecto tan ambicioso como necesario se ideó para ser
emplazado en el sitio del estadio, originando, con ello, otro nuevo problema: la
construcción de un nuevo estadio. Problemas que fueron transferidos, juntamente
con otros –como la pesadez burocrática-, a una nueva administración, que
tampoco ha encontrado viabilizar y liberarse de los fardos o afrontar las
necesidades con prontitud.
La
madre de los problemas políticos, en la mayoría de ciudades y pueblos
ecuatorianos, es la falta de ideas, o, lo que es lo mismo, la falta de pensamiento.
¿Qué se quieren hacer de la ciudad o del pueblo? o ¿De qué viven o vivirán los
ciudadanos? son preguntas que no tienen respuestas, porque no se las formulan.
Quienes ocupan el rol de dirección y gestión de cada ciudad o parroquias no
diseñan un plan de la ciudad o del pueblo. Un plan que sea compartido por todos
los ciudadanos, simplemente, no existe como no existe, en realidad, un bien
común; siendo este, el primer paso para el desempeño en cualquier encargo político.
madre de los problemas políticos, en la mayoría de ciudades y pueblos
ecuatorianos, es la falta de ideas, o, lo que es lo mismo, la falta de pensamiento.
¿Qué se quieren hacer de la ciudad o del pueblo? o ¿De qué viven o vivirán los
ciudadanos? son preguntas que no tienen respuestas, porque no se las formulan.
Quienes ocupan el rol de dirección y gestión de cada ciudad o parroquias no
diseñan un plan de la ciudad o del pueblo. Un plan que sea compartido por todos
los ciudadanos, simplemente, no existe como no existe, en realidad, un bien
común; siendo este, el primer paso para el desempeño en cualquier encargo político.
El
nuevo mercado de Otavalo, cambiará absolutamente la ciudad ya afectada por la
compra de los predios -costosamente pagados-, por los fenómenos migratorios y por
las complicadas relaciones interétnicas. ¿Qué quieren hacer de Otavalo? ¿De qué
vivirán los otavaleños? Al parecer, los que se encargan del poder político o
los aspirantes a ocuparse de tal gestión están ajenos y lejos de sus encargos y
sus pretensiones no dejan de fijarse en los respectivos ombligos, como en el
resto de ciudades y pueblos ecuatorianos.
nuevo mercado de Otavalo, cambiará absolutamente la ciudad ya afectada por la
compra de los predios -costosamente pagados-, por los fenómenos migratorios y por
las complicadas relaciones interétnicas. ¿Qué quieren hacer de Otavalo? ¿De qué
vivirán los otavaleños? Al parecer, los que se encargan del poder político o
los aspirantes a ocuparse de tal gestión están ajenos y lejos de sus encargos y
sus pretensiones no dejan de fijarse en los respectivos ombligos, como en el
resto de ciudades y pueblos ecuatorianos.