La noticia de la
visita del Papa Francisco al Ecuador ha despertado cierto apetito exhortativo de
algunos “espirituales” “ecuatorianos” (no sé a que término le va mejor las
comillas); intervenciones que dejan rebosar –como decían Heidegger- la
inautenticidad de la palabra o –como diría aquel taita- la frialdad del término,
conviene por el contrario referirse a quien tiene autoridad sobre esos temas,
como es Card. Carlo María Martini, un Padre de la Iglesia contemporánea:
visita del Papa Francisco al Ecuador ha despertado cierto apetito exhortativo de
algunos “espirituales” “ecuatorianos” (no sé a que término le va mejor las
comillas); intervenciones que dejan rebosar –como decían Heidegger- la
inautenticidad de la palabra o –como diría aquel taita- la frialdad del término,
conviene por el contrario referirse a quien tiene autoridad sobre esos temas,
como es Card. Carlo María Martini, un Padre de la Iglesia contemporánea:
“El miedo del
silencio
silencio
“No existe actividad duradera e inteligente en
el construir la ciudad sin una raíz contemplativa, que es la capacidad del
silencio, de desierto interior, de pausa en la cual se acoge a la Palabra de
Dios, en la cual se la escucha y por lo tanto se construye también del punto desde
el vista intelectual una cierta visión del mundo. Así, el hacer no es
determinado solo de la urgencia, de la necesidad sino es el rezago de el proyecto
que nace del escuchar la Palabra y de la actitud del desierto, del silencio
contemplativo.
el construir la ciudad sin una raíz contemplativa, que es la capacidad del
silencio, de desierto interior, de pausa en la cual se acoge a la Palabra de
Dios, en la cual se la escucha y por lo tanto se construye también del punto desde
el vista intelectual una cierta visión del mundo. Así, el hacer no es
determinado solo de la urgencia, de la necesidad sino es el rezago de el proyecto
que nace del escuchar la Palabra y de la actitud del desierto, del silencio
contemplativo.
“Cuando mayor son las responsabilidades de una
persona, tanto más se deben encontrar cada día más largas horas de silencio
contemplativo; es necesario buscarlo y luchar para tenerlo, para no dejarse
desestabilizarse de las cosas, de la avalancha de palabras dichas fortuitamente,
de los juicios apresurados.
persona, tanto más se deben encontrar cada día más largas horas de silencio
contemplativo; es necesario buscarlo y luchar para tenerlo, para no dejarse
desestabilizarse de las cosas, de la avalancha de palabras dichas fortuitamente,
de los juicios apresurados.
“El silencio es siempre difícil. El
silencio blanco es aún más difícil. El silencio negro es pura ausencia de
sonidos; el blanco es síntesis de todos los colores. Y es este último que es
necesario aprender a practicar. Superar y observar en el rostro del miedo del
silencio, del que emergen algunos monstruos interiores, para aprender que se
pueden exorcizar y se puede hallar en ellos un sentido”.
silencio blanco es aún más difícil. El silencio negro es pura ausencia de
sonidos; el blanco es síntesis de todos los colores. Y es este último que es
necesario aprender a practicar. Superar y observar en el rostro del miedo del
silencio, del que emergen algunos monstruos interiores, para aprender que se
pueden exorcizar y se puede hallar en ellos un sentido”.