Castillo de los Ahumada, al interno de Ávila, edificado con dinero de las conquistas en el Ecuador.
La revolución,
dicen los promotores de la Revolución Ciudadana, es una revolución cultural.
¡Muy bien! Sólo que, como el Sumak Kausay,
no se dispone de una idea exacta de que cosa sea la cultura.
Todavía la atención que merece este problema, en los momentos actuales del
Ecuador, es urgente. Necesidad surgida ante la enorme presión de los proyectos
de educación, que aún siendo buenos, en sí mismo portan una carga
avasalladora de enajenación y de sumisión a unos sistemas culturales
ajenos, que además, se han impuesto siempre humillado a lo proprio (incluso satanizándolo
gratuitamente) aunque no lo han eliminado.
dicen los promotores de la Revolución Ciudadana, es una revolución cultural.
¡Muy bien! Sólo que, como el Sumak Kausay,
no se dispone de una idea exacta de que cosa sea la cultura.
Todavía la atención que merece este problema, en los momentos actuales del
Ecuador, es urgente. Necesidad surgida ante la enorme presión de los proyectos
de educación, que aún siendo buenos, en sí mismo portan una carga
avasalladora de enajenación y de sumisión a unos sistemas culturales
ajenos, que además, se han impuesto siempre humillado a lo proprio (incluso satanizándolo
gratuitamente) aunque no lo han eliminado.
Para comenzar
el trabajo de definir que es la cultura se debe envíalo o exigirlo a la
academia ecuatoriana (la universidad incluso a las Súper universidades), un
concepto que no sea una mala copia de las teorías en boga de estudiosos
extranjeros, no porque no sean «científicas» sino porque esas teorías
están comprometidas o infectadas con conceptos que defienden y proponen
paradigmas «evolucionistas» (que establece diversidades de los pueblos
según situaciones de evolución, basta citar lo ocurrido con los mal llamados
pueblos no contactados de la Amazonía) o paradigmas que defienden las
«sociedades desarrolladas», etc.
el trabajo de definir que es la cultura se debe envíalo o exigirlo a la
academia ecuatoriana (la universidad incluso a las Súper universidades), un
concepto que no sea una mala copia de las teorías en boga de estudiosos
extranjeros, no porque no sean «científicas» sino porque esas teorías
están comprometidas o infectadas con conceptos que defienden y proponen
paradigmas «evolucionistas» (que establece diversidades de los pueblos
según situaciones de evolución, basta citar lo ocurrido con los mal llamados
pueblos no contactados de la Amazonía) o paradigmas que defienden las
«sociedades desarrolladas», etc.
Obviamente,
lo que se debe rogar es reconocer este problema y no humillar más a nuestras
culturas, deduciéndolas a nivel de
chagrillos o de camisas bordadas, de ponchos, de sombreros o de caldo de
manguera, del treinta uno o del juego de un partido de ecuavoley, de cuarenta
o de decir un par de palabras en quichua, ashuar, awa, etc.
lo que se debe rogar es reconocer este problema y no humillar más a nuestras
culturas, deduciéndolas a nivel de
chagrillos o de camisas bordadas, de ponchos, de sombreros o de caldo de
manguera, del treinta uno o del juego de un partido de ecuavoley, de cuarenta
o de decir un par de palabras en quichua, ashuar, awa, etc.
La Revolución
Ciudadana si quiere ser autentica debe empeñarse en darle importancia a la
palabra propia, a la palabra nuestra, auténticamente nuestra.
Ciudadana si quiere ser autentica debe empeñarse en darle importancia a la
palabra propia, a la palabra nuestra, auténticamente nuestra.