Aplique sobre una puerta. Milano, 2012
Los “científicos”
sociales se malacostumbraron a ser los únicos y los últimos en los determinar
la “verdad” sobre temáticas de las gentes y de los pueblos ajenos a ellos, a
tal punto que esos “especialistas” eran considerados irrisoriamente mejores
conocedores de los propios habitantes nativos que los propios nativos. Este es
el nudo insuperado (Patentemente manifiesto en la Conferencia de Cambridge de 1963) para las escuelas de antropología
y sociología (de matriz clásicos: europeas y norteamericanas) pero que sigue en
vigencia en algunos ensayos de “profesionales”.
sociales se malacostumbraron a ser los únicos y los últimos en los determinar
la “verdad” sobre temáticas de las gentes y de los pueblos ajenos a ellos, a
tal punto que esos “especialistas” eran considerados irrisoriamente mejores
conocedores de los propios habitantes nativos que los propios nativos. Este es
el nudo insuperado (Patentemente manifiesto en la Conferencia de Cambridge de 1963) para las escuelas de antropología
y sociología (de matriz clásicos: europeas y norteamericanas) pero que sigue en
vigencia en algunos ensayos de “profesionales”.
Las ciencias
sociales –en resumen- tratan de conocer a las personas y a las sociedades. Un
arte importante y fundamental, realizado desde que el mundo es mundo, sobretodo
y por desgracia utilizado con la intención de aprovechar ese conocimiento para
la guerra, para controlar, aprovechar y explotar los recursos naturales y las
personas (los esclavos).
sociales –en resumen- tratan de conocer a las personas y a las sociedades. Un
arte importante y fundamental, realizado desde que el mundo es mundo, sobretodo
y por desgracia utilizado con la intención de aprovechar ese conocimiento para
la guerra, para controlar, aprovechar y explotar los recursos naturales y las
personas (los esclavos).
En carne propia,
somos los habitantes de la América India quienes hemos sido afectados por esos
“especialistas”, por la configuración de las estudios “científicos”
parcializados, tendenciosos y prejuiciados y por la falta de desarrollo de
costumbre de estudio antropológico de nuestra parte. El maestro de la nuestra
antropología, José María Arguedas, sugería realizar estudios antropológicos -de
nuestra parte- en los países europeos, con el fin de que nosotros podamos
entender, conocer y explicar porque hacen lo que hacen esas gentes y esos pueblos
o enterarnos que creen ellos que están haciendo, por ejemplo, porque usan el
doble discurso (obligando a todos a leer entre líneas) o porque los británicos
cazan al zorrito o porque la euforia el “royal
baby” (si todos los seres humanos somos iguales), etc.
somos los habitantes de la América India quienes hemos sido afectados por esos
“especialistas”, por la configuración de las estudios “científicos”
parcializados, tendenciosos y prejuiciados y por la falta de desarrollo de
costumbre de estudio antropológico de nuestra parte. El maestro de la nuestra
antropología, José María Arguedas, sugería realizar estudios antropológicos -de
nuestra parte- en los países europeos, con el fin de que nosotros podamos
entender, conocer y explicar porque hacen lo que hacen esas gentes y esos pueblos
o enterarnos que creen ellos que están haciendo, por ejemplo, porque usan el
doble discurso (obligando a todos a leer entre líneas) o porque los británicos
cazan al zorrito o porque la euforia el “royal
baby” (si todos los seres humanos somos iguales), etc.
Existe una labor
importantísima en las personas comprometidas con las ciencias, particularmente
con las ciencias sociales, en la América India: liberarlas de los prejuicios
eurocéntricos y de las interferencia abusivas, como la que últimamente leí a
propósito del Sumak Kasay de una tal Alison
Spedding Pallet y de quien usa ese argumento, comprensible porque, como dice
Atahualpa Yupanqui, “se siente extranjero en su propia tierra”.
importantísima en las personas comprometidas con las ciencias, particularmente
con las ciencias sociales, en la América India: liberarlas de los prejuicios
eurocéntricos y de las interferencia abusivas, como la que últimamente leí a
propósito del Sumak Kasay de una tal Alison
Spedding Pallet y de quien usa ese argumento, comprensible porque, como dice
Atahualpa Yupanqui, “se siente extranjero en su propia tierra”.