Una de las características
de los ecuatorianos, heredada posiblemente de nuestros padres «los conquistadores» (por acomplejarnos) y de nuestros padres «los indígenas» (por dejarse
acomplejar), es el espíritu de plañideras. Los ecuatorianos somos proclives a
quejarnos por todo. Eso significa que encontramos motivos para la queja en lo
que sea. Debilidad bien usada por los grupos políticos o ecologistas o
cualquier aprovechador. Los ecuatorianos nos quejamos; lo malo no es que nos
quejemos sino que solo nos quejamos.
de los ecuatorianos, heredada posiblemente de nuestros padres «los conquistadores» (por acomplejarnos) y de nuestros padres «los indígenas» (por dejarse
acomplejar), es el espíritu de plañideras. Los ecuatorianos somos proclives a
quejarnos por todo. Eso significa que encontramos motivos para la queja en lo
que sea. Debilidad bien usada por los grupos políticos o ecologistas o
cualquier aprovechador. Los ecuatorianos nos quejamos; lo malo no es que nos
quejemos sino que solo nos quejamos.
Ahora, la queja de
moda, en la serranía ecuatoriana, está centrada en los incendios de los bosques
y de los páramos (que ciertamente da pena). Y son muchos los lamentos por esta causa
como son muchas la exigencias de castigos para los “inconscientes pirómanos”. Y
hasta allí, se llegado la laméntela. Sin profundizar en la problemática ni
comprometerse con las verdaderas soluciones (que por supuesto no se conocen).
moda, en la serranía ecuatoriana, está centrada en los incendios de los bosques
y de los páramos (que ciertamente da pena). Y son muchos los lamentos por esta causa
como son muchas la exigencias de castigos para los “inconscientes pirómanos”. Y
hasta allí, se llegado la laméntela. Sin profundizar en la problemática ni
comprometerse con las verdaderas soluciones (que por supuesto no se conocen).
El Ecuador es
territorio muy rico en agua pero demasiado pobre en decisiones políticas, sobra
decir que la planificación y el uso racional del agua es una tarea en la que
debemos empeñarnos. Necesitamos diques, represar y una serie de canales que mantengan
siempre verde las cosechas y los bosques. La responsabilidad política no termina
con el voto en las urnas el día de elecciones, cada vez que observamos
cualquier cosa que debe ser planificada y realizada (que no se hace y trae
problemas como los incendios en estas fechas) se nos echa a la cara nuestra
ineptitud para elegir líderes políticos y nuestros complejos de necesitar
cabezas ajenas para solucionar nuestros problemas.
territorio muy rico en agua pero demasiado pobre en decisiones políticas, sobra
decir que la planificación y el uso racional del agua es una tarea en la que
debemos empeñarnos. Necesitamos diques, represar y una serie de canales que mantengan
siempre verde las cosechas y los bosques. La responsabilidad política no termina
con el voto en las urnas el día de elecciones, cada vez que observamos
cualquier cosa que debe ser planificada y realizada (que no se hace y trae
problemas como los incendios en estas fechas) se nos echa a la cara nuestra
ineptitud para elegir líderes políticos y nuestros complejos de necesitar
cabezas ajenas para solucionar nuestros problemas.