Después
de la polvareda, de la vergüenza y del fracaso de las elecciones 2012 (Se habrá
pagado por este proceso, seguramente. Me imagino que si en mi oficio de
mecánico entregará unas ventanas descuadradas no me las aceptarían, y tendría
que devolver la plata, pero estamos a otro nivel, lógicamente), retorna un paz
administrativa a la sede de la Casa de Carrión, pero, obviamente no puedo pasar
por alto y no comentar la actitud de los contrincantes, que a los ojos de los simples transeúntes –como quien escribe-
defendían –como he anotado- no “los grandes intereses de la institución” sino
intereses (desconocidos para la mayoría de los miembros) como si se jugaran el
liderar la Casa como premio.
de la polvareda, de la vergüenza y del fracaso de las elecciones 2012 (Se habrá
pagado por este proceso, seguramente. Me imagino que si en mi oficio de
mecánico entregará unas ventanas descuadradas no me las aceptarían, y tendría
que devolver la plata, pero estamos a otro nivel, lógicamente), retorna un paz
administrativa a la sede de la Casa de Carrión, pero, obviamente no puedo pasar
por alto y no comentar la actitud de los contrincantes, que a los ojos de los simples transeúntes –como quien escribe-
defendían –como he anotado- no “los grandes intereses de la institución” sino
intereses (desconocidos para la mayoría de los miembros) como si se jugaran el
liderar la Casa como premio.
A
estas alturas y con los hecho dados, cabe recordar que las autoridades
designadas en la Casa de la Cultura están al servicio de los miembros (de los miembros actuales). Son estos quienes les han delegado en los encargos en
los dirección. Y no podrían actuar sin el consenso de los mismos o en su
prejuicio de tales, so pena de refrendar -una vez mas- la traición al
mentadísimo pensamiento de Carrión, como daba por supuesto un comentario,
citando al maestro, decía: “la Casa de la Cultura Ecuatoriana fue fundada (…)
para decirle al Ecuador que no es una hacienda grande, con dueños, mayorales,
capataces”. Metáfora interesante, pero en la practica qué quiere decir.
Supongo, que la metáfora condena el despotismo del patrón, la opresiva
estructura de explotación (de unos hombres sobre otros) y la desigual
distribución de los productos de la tierra.
estas alturas y con los hecho dados, cabe recordar que las autoridades
designadas en la Casa de la Cultura están al servicio de los miembros (de los miembros actuales). Son estos quienes les han delegado en los encargos en
los dirección. Y no podrían actuar sin el consenso de los mismos o en su
prejuicio de tales, so pena de refrendar -una vez mas- la traición al
mentadísimo pensamiento de Carrión, como daba por supuesto un comentario,
citando al maestro, decía: “la Casa de la Cultura Ecuatoriana fue fundada (…)
para decirle al Ecuador que no es una hacienda grande, con dueños, mayorales,
capataces”. Metáfora interesante, pero en la practica qué quiere decir.
Supongo, que la metáfora condena el despotismo del patrón, la opresiva
estructura de explotación (de unos hombres sobre otros) y la desigual
distribución de los productos de la tierra.
La
Casa de la Cultura Ecuatoriana como institución (que no son los ladrillos sino
hombres y mujeres –los miembros-) es la que debe recordarle al Ecuador o, para
precisar mejor, a los ecuatorianos que no son piezas de engranajes de
explotación o de estructuras injustas y mucho menos alcahuetes de déspotas. No
será el modelo de hacienda ni tampoco el “protagonismo” exclusivista de las
autoridades o de círculos de “elite” el que debe imperar en la Casa de Carrión,
si se quiere ser fiel al cometido. Ciertamente, hay una gran labor que
desplegar: despertar cada una de las conciencias y garantizar la libertad.
Casa de la Cultura Ecuatoriana como institución (que no son los ladrillos sino
hombres y mujeres –los miembros-) es la que debe recordarle al Ecuador o, para
precisar mejor, a los ecuatorianos que no son piezas de engranajes de
explotación o de estructuras injustas y mucho menos alcahuetes de déspotas. No
será el modelo de hacienda ni tampoco el “protagonismo” exclusivista de las
autoridades o de círculos de “elite” el que debe imperar en la Casa de Carrión,
si se quiere ser fiel al cometido. Ciertamente, hay una gran labor que
desplegar: despertar cada una de las conciencias y garantizar la libertad.