Que un viejo o
un avejentado proponga cambios despierta sospechas, en todo los ámbitos; con el
respeto debido a los mayores (especialmente aquellos -pocos- que llega a ser
sabios), pero la mayoría termina repitiendo sus avaricias e incluso sus
mañoserías adquiere sutileza. Es preciso recordar que los seres humanos somos
históricos (formados en una situaciones concretas que cambian), que debemos
morir (y que la muerte también es una bendición) y que enseñamos a los
jóvenes que cosa es la vida y que cosa es el mundo (una enseñanza que no es solo
de meras palabras).
un avejentado proponga cambios despierta sospechas, en todo los ámbitos; con el
respeto debido a los mayores (especialmente aquellos -pocos- que llega a ser
sabios), pero la mayoría termina repitiendo sus avaricias e incluso sus
mañoserías adquiere sutileza. Es preciso recordar que los seres humanos somos
históricos (formados en una situaciones concretas que cambian), que debemos
morir (y que la muerte también es una bendición) y que enseñamos a los
jóvenes que cosa es la vida y que cosa es el mundo (una enseñanza que no es solo
de meras palabras).
En este siglo,
cuando la llegada a la vejez no es considerada una bendición especial sino
consecuencia de tratamientos terapéuticos, la idea del anciano sabio casi ha
desaparecido. En vez de encontrar hombres capaces de indicar como se hace
caminos y como se camina por la vida se encuentran viejos (y bien viejos)
malogrados y estancados en sus caprichos, ciegos y no en pocos casos
manipulados por auténticos mercachifles.
cuando la llegada a la vejez no es considerada una bendición especial sino
consecuencia de tratamientos terapéuticos, la idea del anciano sabio casi ha
desaparecido. En vez de encontrar hombres capaces de indicar como se hace
caminos y como se camina por la vida se encuentran viejos (y bien viejos)
malogrados y estancados en sus caprichos, ciegos y no en pocos casos
manipulados por auténticos mercachifles.
“Hay un tiempo
para cada cosa” el verso continua… y dentro la tradición judeo-cristiana, es
considerado como parte de la literatura sapiencial (de un libro santo)…
interesante, incluso resulta recordar de la misma tradición el pasaje de los
dos viejos (pérfidos) y Susana (la hermosa). Pero, en este tiempo donde los
viejos sabios son escasísimos y quienes debería serlo solo son fantasmas, la
consideración del tiempo para actuar y del tiempo para retirarse es
inexistente. En nada es indigno o inhumano, sino todo lo contrario, enseñar que
si bien el empeño decidido en las diferentes lides es necesario e indispensable
también lo es el retirarse y dejar que otros se ocupen.
para cada cosa” el verso continua… y dentro la tradición judeo-cristiana, es
considerado como parte de la literatura sapiencial (de un libro santo)…
interesante, incluso resulta recordar de la misma tradición el pasaje de los
dos viejos (pérfidos) y Susana (la hermosa). Pero, en este tiempo donde los
viejos sabios son escasísimos y quienes debería serlo solo son fantasmas, la
consideración del tiempo para actuar y del tiempo para retirarse es
inexistente. En nada es indigno o inhumano, sino todo lo contrario, enseñar que
si bien el empeño decidido en las diferentes lides es necesario e indispensable
también lo es el retirarse y dejar que otros se ocupen.
Que paradoja
absurda, como suele ser las paradojas, es encontrarse en estos tiempos con unos
ancianos son retirados (casi descartados) en casas especiales y otros no se
retirar porque aun tiene poder. ¡Cuanta falta nos hacen los viejos
sabios!
absurda, como suele ser las paradojas, es encontrarse en estos tiempos con unos
ancianos son retirados (casi descartados) en casas especiales y otros no se
retirar porque aun tiene poder. ¡Cuanta falta nos hacen los viejos
sabios!
