“He
crecido con gente violenta –refiere Al Capone-, decíamos que se obtiene más con
una palabra amable y con una pistola que solo con una palabra amable”. La frase
del emblemático mafioso, en el filme Los
Intocables
, muestra la costumbre también en algunos círculos ecuatorianas
donde quizá se traduce con el aforismo “que quieren o plata o piedra” y no se
diga en las comunidades indígenas donde la violencia es la forma normal de
actuar de quien sustenta el poder cacical.
Vergonzoso
ha sido calificado el proceso electoral de la Casa de la Cultura Ecuatoriana
(2012) que por cierto, por los proclamados principios de Carrión, debía ser
ejemplo de democracia: Altura en el debate (que al parecer ha sido espectral y
no solo por el horror que ha causado sino por su inexistencia), propuestas
claras y argumentativas (donde la lógica y la coherencia sea el pilar
definitorio), proceso democrático (que suponga no solo la oferta de los
candidatos sino el discernimiento y el voto consiente y critico de los
miembros)… etc.
Las
acusaciones –insultos que no se pueden ser adjetivados como intelectuales-
entre los actores giraron solo en torno a continuar líneas, como se observa en
las candidaturas, hipotecadas a la tradiciones en uso (de directivos y
empleados de la Institución), mientras, con astucia han implicado a verdaderos
actores y gestores que podrían ofrecer nuevos rumbos a la Institución, pero que
lamentablemente son pringados (en el sentido ecuatoriano o sea, la acción que
esta relacionada cuando se fríe algo en el aceite) de las artes de siempre.
Los
medios de comunicación mostraron los llamados “a defender la voluntad popular”.
Llamados con claro tinto combativo, que no implicaban la argumentación, por
supuesto, sino la violencia. Incluso se vio el arribo de buses –suponemos con
los miembros de las Casas de las distintas provincias- a la sede de la matriz.
Gente que alzaba pancartas, griteríos, apretujones y reclamos impositivos…
¡Viva la cultura ecuatoriana!
La
conclusión parecería ser: ¡La nueva dirigencia de la Casa de Cultura depende de
dos núcleos: Zamora Chinchipe, donde inteligentemente los miembros hicieron
mitad y mitad, y Santo Domingo de los Tsachilas, donde dicen hubo
irregularidades! Pero, sin duda, para quien es un observador involucrado en el
quehacer de los protagonistas e instituciones «culturales»-como quien
escribe estas líneas- el resultado de la contienda “democrática” 2012 en la
Casa de Carrión, no puede ser otro que la realidad que se expresa con la palabra
que emerge vigorosa, quieran o no aceptarla: !Vergüenza!