Una de las experiencias devastadoras para cualquier persona que haya
iniciado una causa noble en su vida es ver como la iniciativa es manoseada y
trasformada en palestra para que algún aprovechador haga de las suyas –nunca
mejor dicho-; en este desagraciado ámbito he sido testigo de ver como se han
aprovechado de una supuesta promoción de “la cultura”, de “la defensa de la
niñez”, –no se diga de la política-, del desarrollo de los pueblos, de los
pobres, del deporte… incluso de Dios. Pero no soy el único en quedar pasmado al
observar esta miseria humana; por otro lado da mucho alegría conocer
a una persona que ha iniciado una causa noble, por eso en esta ocasión me
gustaría conversar de las palabras de anciano que he conocido en un pueblo al
norte de Italia.
iniciado una causa noble en su vida es ver como la iniciativa es manoseada y
trasformada en palestra para que algún aprovechador haga de las suyas –nunca
mejor dicho-; en este desagraciado ámbito he sido testigo de ver como se han
aprovechado de una supuesta promoción de “la cultura”, de “la defensa de la
niñez”, –no se diga de la política-, del desarrollo de los pueblos, de los
pobres, del deporte… incluso de Dios. Pero no soy el único en quedar pasmado al
observar esta miseria humana; por otro lado da mucho alegría conocer
a una persona que ha iniciado una causa noble, por eso en esta ocasión me
gustaría conversar de las palabras de anciano que he conocido en un pueblo al
norte de Italia.
El anciano sin descuidar su trabajo profesional si había afanado en
defender la vida e incluso había organizado un grupo que obtuvo notorio
reconocimiento y éxito no solo en Italia. La defensa de la vida en este hombre venia
de su consideración personal –una consideración teológica importante- la
Encarnación: el Hijo de Dios que se hace hombre, hecho que se recuerda en cada
concepción humana. Por desgracia el grupo, iniciado por este anciano, fue
invadido –según dice- por el pensamiento de lo políticamente correcto” (o sea
de aquellos que promueven que “hay que hacer las cosas sin causar
repugnancias”), a lo que se sumaba la presencia del manejo de dinero (también,
podía haber dicho la presencia del poder). Este anciano, comenta con la
vivacidad impresionante del sabio –que es-, como si estuviera delante de un
confesionario pero que pretende trasformar su voz como un pregonero en un gran
pulpito:
defender la vida e incluso había organizado un grupo que obtuvo notorio
reconocimiento y éxito no solo en Italia. La defensa de la vida en este hombre venia
de su consideración personal –una consideración teológica importante- la
Encarnación: el Hijo de Dios que se hace hombre, hecho que se recuerda en cada
concepción humana. Por desgracia el grupo, iniciado por este anciano, fue
invadido –según dice- por el pensamiento de lo políticamente correcto” (o sea
de aquellos que promueven que “hay que hacer las cosas sin causar
repugnancias”), a lo que se sumaba la presencia del manejo de dinero (también,
podía haber dicho la presencia del poder). Este anciano, comenta con la
vivacidad impresionante del sabio –que es-, como si estuviera delante de un
confesionario pero que pretende trasformar su voz como un pregonero en un gran
pulpito:
“Fui marginado porque mi palabra influía en la gente –ellos quería
hablar de lo suyo- igualmente mis colaboradores cercanos fueron marginados.
Dejé el puesto en la directiva del grupo, entonces se quedaron al frente del
mismo: algunos medio picaros, otros confusos y otros estúpidos. Yo considero
que la estupidez no es un pecado pero si es un gran pecado dejar que un
estúpido ocupe un puesto de responsabilidad, los resultados son las tragedias
que se pueden mirar… sabe lo que he descubierto con todo esto, la verdad que se
dice en el aforismo: “pensar mal es pecado pero se adivina”.
hablar de lo suyo- igualmente mis colaboradores cercanos fueron marginados.
Dejé el puesto en la directiva del grupo, entonces se quedaron al frente del
mismo: algunos medio picaros, otros confusos y otros estúpidos. Yo considero
que la estupidez no es un pecado pero si es un gran pecado dejar que un
estúpido ocupe un puesto de responsabilidad, los resultados son las tragedias
que se pueden mirar… sabe lo que he descubierto con todo esto, la verdad que se
dice en el aforismo: “pensar mal es pecado pero se adivina”.