La cineasta María Fernanda Restrepo presenta un largometraje llamado Con Mi Corazón en Yambo, obra que sin duda es un hito histórico para la cinematografía documental ecuatoriana y para la critica en el desempeño político y policial del Ecuador; el filme, parte de la labor desencadenada por el fatídico suceso acaecido a los hermanos de la cineasta, muestra la miseria y la perversión del poder político y de la Policía del Ecuador.
Una de las cosas interesantes de estos días, cuando se proyecta en las salas de cines ecuatorianas Con Mi Corazón en Yambo, es la falta de la critica de la película en los periódicos; llama la atención, también, los obstáculos para frenar la proyección del filme en Guayaquil, ciudad en la cual Jaime Nebot, continuador y colaborador de León Febres Cordero, cumple su encargo democrático.
Escandaloso resulta hacerse cargo de los sucesos, que acusan como responsables a quienes han detentado el poder político y han desempeñado la autoridad policial en el Ecuador, antes de la Revolución Ciudadana de Rafael Correa, según da entender la version documental de Restrepo. Pero, tambien, cabe atender a un sencillo dato sociológico: Ellos (esos políticos y esos policías ecuatorianos de la película) actuaban al margen de la ley, amparados en un poder que tenia el limite del arbitrio de un mandamás y varios gamonalillos. Esta modalidad de poder, posiblemente, proviene del despotismo “aborigen”-inca-hispano está latente en las sociedades Latinoamericanas; despotismo que se debe corregir con la existencia de leyes inteligentes y operativas, que terminen con la brutalidad policial y los excesos de los políticos en cargos públicos.
Seguro, no solo fueron los hermanos Restrepo los desaparecidos y de ellos -los desaparecidos anónimos- no se dice nada. ¿Cuántos fueron los desaparecidos de esa manera? Esos anónimos no tuvieron la suerte de tener una familia –de recursos y coraje- como los Restrepo, para indagar su desaparición y reivindicar su verdad.