La sordera es la enfermedad del siglo o de los siglos (la verdadera enfermedad) y el síntoma evidente de la no lograda personalización del ser humano. Con muchísima atención he leído la carta Profesores, que a continuación trascribo, y ciertamente el tema subyacente no puede ser traspapelado so pena de recibir la sentencia “tienes un corazón embotado de un grande vacío… y no solo que te contentas con haberte habituado a vivir de esa manera sino que buscas que los demás sean peores que tú”, como se podría traducir una pasaje del evangelio.

Profesores; buenos malos y peores.

 Facundo Cabral suele decir: ‘Mi educación fue buena hasta que la interrumpió la escuela’, esto me empuja a pensar por qué. Llevo un año en Jardín, seis años en una escuela, seis años en un colegio, tres años en una universidad; experiencia que me ha hecho darme cuenta que el aprendizaje responde directamente no solo a los conocimientos del profesor sino aún más depende de la actitud del docente. Y es que tenemos tantos tipos diferentes de profesores como de alumnos entre los que más se repiten están:

1.      El Profesor Reliquia.- que aún se cree dueño de la verdad además de tener de credo el famoso “la letra con sangre entra” es aquel que no piensa dos veces antes de levantar la voz o usar la regla como un ajustador de actitudes; me han tocado un par de veces en particular en la escuela.
2.      El Profesor Revolucionario.- que intenta despertar espíritus en fuego ocultos en los jóvenes, colocando en segundo plano la enseñanza misma, jamás usa la violencia pues eso se lo deja a los “terroristas” pero termina al final solo marchándose, dejando sueños despiertos que ya no habrá quien ayude a formar.
3.      El Profesor “Profesional”.- aquel personaje que solo le faltó ser presidente del mundo; lleno de títulos, doctorados, que quisiera llevarlos en la frente como banderillas que permitan reconocerlo; pero entre todos sus estudios no se encuentra un solo curso de pedagogía, provocando que nazca el tedio en sus clases y que siempre salga de control su carácter y termine como juez en lugar de profesor.
4.      El Profesor Kitting.- a quien lo nombro así por referirme al film ‘la sociedad de los poetas muertos’. Aquel que quiere enseñarte a aprender, a vivir y a reír en lugar de aprender a sacar notas y ser calificado. No tiene miedo a perder autoridad por lo cual ni siquiera hace notar su título, un chiste de vez en cuando viene excelente para la concentración; con el aprenderás y siempre lo recordaras; es bello encontrar uno de estos pero son muy escasos.
5.      El Profesor Sargento.- es el último al que me referiré; es aquel que se gana tu confianza tratando de comportarse como un joven amigo, pero cada cierto tiempo su verdadero ser se sale del oculto; dejándose ver en actitud déspota, petulante, y narcisista. Es el personaje con el que se debe tener un extremo cuidado; puesto se ganará un lazo de amistad que luego querrá usar como vía de información sobre otros docentes y estudiantes; parecido una táctica de guerra. Otras de sus armas: el rumor, la mentira, doble palabra, y la hipocresía; cuidado. Qué lástima también tuve de esta clase.


     Luego de tratar estos tipos uno se pregunta si necesita una “Escuela para desaprender” y un psicólogo para olvidar algunos profesores que podrían ser ferreteros, sargentos, entrenadores pero no profesores. Y dejar en tu cabeza las enseñanzas de quien te enseño a ser persona más que a ser profesional.

Ustedes profesores mientras preparan su clase también preparen su carácter y actitud para la clase no solo se necesita conocimientos sino también saber qué hacer con ellos; dejen de formar robots ganadores de dinero y empiecen a formas gente de verdad. Miren que los estudiantes aplicaran su ejemplo más que sus sermones y no querrán ser el responsable de una generación mentirosa, violenta, o petulante.
Espero no tener resentimiento de nadie pero si curiosidad de muchos; gracias por su atención en otra oportunidad hablare de los estudiantes.

Bladimir Granda”

El autor de esta carta,  a quien tuve el gusto de conocer, seguramente podrá componer todo un tratado filosófico sobre el tema e incluso cantarlo en hip hop.