Otavalo era el segundo destino turístico en el Ecuador, hace algunos años; de aquel tiempo se escuchó y se dio crédito a la promesa de convertir en eje del desarrollo el recurso del turismo; la iniciativa encontró auspicio en la colectividad como se puede ver, por ejemplo, el proyecto de la Fundación Cóndor… pero, la administración del señor Conejo y sus amigos a la fecha, se puede afirmar, que aquel propósito quedó en la trastienda  –si acaso existió-; ahora, se registra un decrecimiento en este campo del Turismo en Otavalo y,  seguro, que el caso de este pueblo no en el único en el Ecuador, bajo una administración socialista.
Un socialismo coherente va a la promoción de la producción, esto es, mejorar las condiciones para que los ciudadanos puedan beneficiarse con su trabajo, lo que a su vez supone el desarrollo racional de los recursos. Desgraciadamente, la mascarada de socialismo en el Ecuador no ha permitido configurar una tendencia política contraria al liberalismo sino más bien “estas tendencias” se han mostrado cómplice en las acciones de perjuicio a los ciudadanos.
La acusación más fuerte a los regímenes de gobierno del Ecuador, no solo a los capitalistas liberales, provenientes de la explotación despótica colonial y secuaces del inmisericorde usufructo de las transnacionales, sino a los supuestos gobiernos de izquierda (que son hijos de los mismos padres), constituye también la acusación a la administración de Rafael Correa; según, las críticas proveniente de algunos socialistas, quienes  muestran o intuyen como los grandes beneficiados de la administración pública de Correa no son los pobres, como aparecen en los slogans de los bonos, sino quienes manejan los grandes capitales en los diversos campos.
Esta pequeña columna, no puede entran en la profundidad que le compete a los expertos en economía, pero no se requiere ser un gurú en ese hermético campo para percibir que la pequeña y mediana industria en el Ecuador no consigue despegar y no consigue aprovechar los numerosos recursos , como es el caso del turismo, de lo cual Otavalo es un ejemplo e igual que otros municipios son las autoridades, algunas con escarapelas socialistas, las que no saben o no entienden o no permiten “que los ciudadanos pesque con sus propias capacidades” porque no promueven mejoras en las condiciones de producción.
Es lamentable, por otro lado solo conseguir gritos, insultos, indiferencia o marginación (inclusos otras amenazas) cuando se expone una opinión. Me pregunto ¿Qué podemos esperar cuando un régimen pretende aplastar las libertades por medio de plebiscitos?,  aún, los alemanes aplaudían a Hitler y apoyaron las líneas del gobierno del tercer riech. Comprendo. Que me he propasado, esto sí es muy fuerte, es propiamente fantasmagórico. Lo digo con toda el ánimo de tratarse de una cosa absurda o ¿no?