Corteza de aucalipto

No haré ningún pacto con el diablo

Encontré un poema escrito hace unos pocos años; lo comparto ahora, por la relación con un trabajo que comencé; espero terminar pronto; es uno de esos trabajos que aparecen al fisgonear y tratar de entender lo que pasó, porque pasó e intentar acercarse a aquello que mueve a los demás aunque les sea desconocido a ellos mismos:

Un aguijón  impertinente… incisivo… incansable me ha asechado y me acosa:

¿Escogerás la marginación… en vez de vender tu alma al diablo?

 ¡Cambia la situación desde adentro! ¡Como se ha hecho siempre!

Aprende a jugar con estrategia y táctica como los buenos, como los santos.

¿Será banal comerciar con el diablo por un breve tiempo, para hacer una cosa buena?

Los infinitos no se dan en partes…

los corazones se tinturan del pigmento de las acciones,

mas el negro deja todo en oscuridades… todo con vestigios de oscuridades.

Al diablo jamás se le gana al ajedrez,

solo aplazas el tiempo justo,

para morir con los ojos abiertos y mirar al cielo.

Si… escogeré hacer brotar el color verde… y aprenderé a conversar con los pájaros…

ellos saben siempre cuando amanece y no se fían del diablo;

porque los demonios cortan las alas de aquellos que podrían volar.

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