Una respuesta a los agravios a Evo Morales: No compremos Coca-Cola
5 julio, 2013
Palanca de seguridad con candado, Lausana centro, Suiza, 2012
El
repudio efectuado por los gobiernos de Francia, España, Portugal e Italia al
avión presidencial de Bolivia solo se puede calificar como una vergüenza, un
falta de respeto y un claro menosprecio. El motivo de vergüenza recae en las
gentes y los pueblos que se dicen promotores de la libertad, la democracia, el
desarrollo… pero queda claro que esas son solo “palabras”, realmente son
expertos en antifaces: dicen una cosa y hacen otras.
repudio efectuado por los gobiernos de Francia, España, Portugal e Italia al
avión presidencial de Bolivia solo se puede calificar como una vergüenza, un
falta de respeto y un claro menosprecio. El motivo de vergüenza recae en las
gentes y los pueblos que se dicen promotores de la libertad, la democracia, el
desarrollo… pero queda claro que esas son solo “palabras”, realmente son
expertos en antifaces: dicen una cosa y hacen otras.
Es necesario
una demostración de protesta ¿cómo? Obviamente, en un ámbito que se escuche la
voz (sin quitar las instancias de derecho internacional). En mi opinión ese
ámbito son los negocios de esos países y la protesta debería ser no comprar los
productos, que para ellos son un símbolo, por ejemplo, para comenzar y ya que
los EEUU están detrás de este entuerto, la Coca-Cola. Elegir un día de NO
COCA-COLA y consumir solo agua NUESTRA AGUA.
una demostración de protesta ¿cómo? Obviamente, en un ámbito que se escuche la
voz (sin quitar las instancias de derecho internacional). En mi opinión ese
ámbito son los negocios de esos países y la protesta debería ser no comprar los
productos, que para ellos son un símbolo, por ejemplo, para comenzar y ya que
los EEUU están detrás de este entuerto, la Coca-Cola. Elegir un día de NO
COCA-COLA y consumir solo agua NUESTRA AGUA.
Son conocidas
como estrategias efectivas de pacificación el arrasar mediante las armas,
aunque los EEUU en estos tiempos han incorporado otras aún más nocivas. Esas
forman parte de los estilos “guerreros animalescos” empleados desde que el
mundo es mundo, ya los romanos llamaban “pacificación” a una intervención
militar que no dejaba títere con cabeza de un pueblo que se atrevía a decir una
“j” demás. ¡Así portaba la paz! ¡Quien puede dudar que los cementerios no sean
sitios de paz!
como estrategias efectivas de pacificación el arrasar mediante las armas,
aunque los EEUU en estos tiempos han incorporado otras aún más nocivas. Esas
forman parte de los estilos “guerreros animalescos” empleados desde que el
mundo es mundo, ya los romanos llamaban “pacificación” a una intervención
militar que no dejaba títere con cabeza de un pueblo que se atrevía a decir una
“j” demás. ¡Así portaba la paz! ¡Quien puede dudar que los cementerios no sean
sitios de paz!
La
protesta y la pacificación no puede portar muerte a las personas (como hacen
los animales) sino la corrección al verdadero problema. En el caso de los EEUU la
corrección es a los negocios y al capital. Por esos debemos adoptar como
estrategia el cambiar sus productos por nuestros productos o por los productos
de los países que desean nuestra amistad, que nos respeten como gente y como
pueblos. Movamos los productos y los capitales. No debemos olvidemos que el
mercado es el campo de guerra -en estos tiempos- que cada dólar que se usa para
adquirir productos de afuera es un baja más si el producto lo vende el enemigo.
protesta y la pacificación no puede portar muerte a las personas (como hacen
los animales) sino la corrección al verdadero problema. En el caso de los EEUU la
corrección es a los negocios y al capital. Por esos debemos adoptar como
estrategia el cambiar sus productos por nuestros productos o por los productos
de los países que desean nuestra amistad, que nos respeten como gente y como
pueblos. Movamos los productos y los capitales. No debemos olvidemos que el
mercado es el campo de guerra -en estos tiempos- que cada dólar que se usa para
adquirir productos de afuera es un baja más si el producto lo vende el enemigo.
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