Un papa elegido no de entre los cardenales
21 febrero, 2013
La dimisión del solio pontificio de Joseph Ratzinger
es sin duda algo extraordinario. Aunque, no parece percibirse una particular conmoción,
como en los años del Concilio Vaticano II. Todo tranquilo (lógicamente, una
análisis podría concluir que esta indiferencia es hiriente –el único escando
son los “vergonzosos” casos de moda en los eclesiásticos norteamericanos y
norte-europeos-). Ya ni siquiera, a estas alturas, importuna la complicadísima
e importantísima (e irresuelta) temática latinoamericana (de la América
catolica India) que se ilustra luminosamente en aquello que está detrás de la
Causa de canonización de Mons. Oscar A. Romero. Comenta, el periodista italiano
Ettore Masina, quien reproduce a su vez un interesante recuerdo:
es sin duda algo extraordinario. Aunque, no parece percibirse una particular conmoción,
como en los años del Concilio Vaticano II. Todo tranquilo (lógicamente, una
análisis podría concluir que esta indiferencia es hiriente –el único escando
son los “vergonzosos” casos de moda en los eclesiásticos norteamericanos y
norte-europeos-). Ya ni siquiera, a estas alturas, importuna la complicadísima
e importantísima (e irresuelta) temática latinoamericana (de la América
catolica India) que se ilustra luminosamente en aquello que está detrás de la
Causa de canonización de Mons. Oscar A. Romero. Comenta, el periodista italiano
Ettore Masina, quien reproduce a su vez un interesante recuerdo:
“Cierto, el caso Oscar Romero es sui generis. El fue asesinado mientras
celebraba una misa, e por esos los fieles lo llamaron mártir. Sin embargo,
según un “perito”, para ser considerado mártir le falta un requisito: el ser
asesinado in “odium fidei”, de alguno
que odie la fe católica. El odio sí existió, dicen los defensores de esa tesis,
pero un odio político: quienes contrataron a los sicarios y el mismo verdugo
pensaban ser buenos católicos y el ejecutar el delito un bien para la Iglesia,
que Romero y el pueblo corrompían con el “comunismo”. Casi todos los obispos
salvadoreños (menos, el sucesor de Romero, Rivera y Damas) compartían, más o
menos consientes, este juicio. Un colaborar –y amigo- del Arzobispo, me contó
que en el segundo viaje de Wojtyla a San Salvador (1996), Juan Pablo II
preguntó a los obispo que almorzaban con él en la sede de la Nunciatura que
pensaban de la canonización de Romero:
“De repente Mons. Revelo dijo que sería un grande error, Romero era el
responsable de los 70.000 muertos de la Guerra Civil. El horror de esta
afirmación no gustó al papa, que quitó
bruscamente la palabra a Revelo. Pero, también los otros (obispos) hablaron en contra de Romero. El
pontífice se mostró enfadado y cambio de tema. Pensé, en ese tiempo (concluye
mi interlocutor) que la canonización del arzobispo no sucedería sino cuando
aquellos obispos antagonistas hubieran muerto”. Sin embargo, en nuestros días
cuando todos aquellos eclesiásticos desaparecieron , el ultimo Revelo, en 2001.
El Vaticano ha continuado en silencio”.
celebraba una misa, e por esos los fieles lo llamaron mártir. Sin embargo,
según un “perito”, para ser considerado mártir le falta un requisito: el ser
asesinado in “odium fidei”, de alguno
que odie la fe católica. El odio sí existió, dicen los defensores de esa tesis,
pero un odio político: quienes contrataron a los sicarios y el mismo verdugo
pensaban ser buenos católicos y el ejecutar el delito un bien para la Iglesia,
que Romero y el pueblo corrompían con el “comunismo”. Casi todos los obispos
salvadoreños (menos, el sucesor de Romero, Rivera y Damas) compartían, más o
menos consientes, este juicio. Un colaborar –y amigo- del Arzobispo, me contó
que en el segundo viaje de Wojtyla a San Salvador (1996), Juan Pablo II
preguntó a los obispo que almorzaban con él en la sede de la Nunciatura que
pensaban de la canonización de Romero:
“De repente Mons. Revelo dijo que sería un grande error, Romero era el
responsable de los 70.000 muertos de la Guerra Civil. El horror de esta
afirmación no gustó al papa, que quitó
bruscamente la palabra a Revelo. Pero, también los otros (obispos) hablaron en contra de Romero. El
pontífice se mostró enfadado y cambio de tema. Pensé, en ese tiempo (concluye
mi interlocutor) que la canonización del arzobispo no sucedería sino cuando
aquellos obispos antagonistas hubieran muerto”. Sin embargo, en nuestros días
cuando todos aquellos eclesiásticos desaparecieron , el ultimo Revelo, en 2001.
El Vaticano ha continuado en silencio”.
En estos últimos años, por los notorios cuadros
representativos del episcopado latinoamericano (donde se encuentran la mayoría
de bautizados), daría la impresión de que han estado marcadamente “cuidados”.
¡Evidentemente, todo está tranquilo! Solo que los fieles deberíamos tener un
poco más información. ¡Un poco de luz! ¡Y no sorprendería que el papa fuera elegido
no de entre los cardenales!
representativos del episcopado latinoamericano (donde se encuentran la mayoría
de bautizados), daría la impresión de que han estado marcadamente “cuidados”.
¡Evidentemente, todo está tranquilo! Solo que los fieles deberíamos tener un
poco más información. ¡Un poco de luz! ¡Y no sorprendería que el papa fuera elegido
no de entre los cardenales!
La imagen es tomada de Tarot dell’Alba Dorata. Giacinto Gaudenzi. 16. Lo Scarabeo. Turin.
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