
Tú… te vas… de Leonidas Proaño
El Concilio Vaticano II, los participantes y los documentos
El Concilio Vaticano II (Juan XXIII, 11.10.1962 – Pablo VI, 8.12.1965) mostró dos grupos entre los participantes, unos llamados integristas (conservadores) y otros progresistas(reformadores).
Los integristas, quienes hicieron sospechosa, desde la convocatoria del Concilio (Juan XXIII, 25.1.1959), se aglutinaron en torno a presupuestos conservadores de los usos (conceptuales) dentro de las tradiciones eclesiales, entendiendo, la necesidad de una actualización (aggiornamento) en la Iglesia, solamente en los meros modos de expresarse, en las apariencias. Los progresistas, por el contrario, buscaban una reforma de las manifestaciones representativas de la Fe, acordes con las mentalidades forjadas en las últimas centurias, afrontando las problemáticas no superficialmente sino de modo radical.
Los documentos del Concilio Vaticano II tendrán la impronta de este segundo grupo, que busca liberar a la iglesia de las apariencias y redescubrir el valor originario del amor manifiesto en el servicio para que cada ser humano se dignifique mediante el cultivo de su libertad.
La Iglesia ecuatoriana y Concilio Vaticano II
La iglesia ecuatoriana, después de Concilio Vaticano II, fue implementando algunas de las reformas, pero, la mayoría de jerarcas se mantuvo en la corriente integrista (conservadora, con tintes particulares, como el continuar con el estilo de los “católicos” provenientes de los dueños de las haciendas coloniales y la religiosidad popular); caso especial, en el episcopado ecuatoriano, es del imbabureño Leonidas Proaño, obispo de Riobamba, que además del esfuerzo en su desempeño pastoral promueve la promoción de ser humano y la configuración de una iglesia que sirve desde la pobreza, siendo participe de la suerte de los más pobres, conforme con el Pacto de las Catacumbas (Catacumba de Domitila,16.11.1965), del cual es el único obispo ecuatoriano firmante.
Tú… Te vas… una de las joyas de la literatura ecuatoriana
Sin duda, una de las joyas de la literatura ecuatoriana es el poema Tú… Te vas… de Mons. Leonidas Proaño, escrito antes de dejar el episcopado de Riobamba (1985), en el cual se destacan las acciones de sembrar y de cultivar, en la continua trasmisión de un testigo, que es la característica
de la Iglesia nacida desde el escuchar la Palabra; una imagen lejana de los ímpetus y pujos del poder (del demonio) que corrompen a la autoridades, estableciendo los clericalismos, y anegan a los bautizados en sentimientos de impotencia, injusticia e indolencia, pues a estos se les quita la palabra, para que otros hables por ellos, siendo solo parlantes de ideas ajenas que desdicen y condenan sus identidades.
Tú… te vas…
Tú… te vas… / Pero quedan / los árboles que sembraste, / como quedan / los árboles / que antes sembraron / otros.
Los árboles / darán fruto / y darán también semillas. / Las semillas / cultivadas / se convertirán en árboles.
Tú… te vas… / Pero quedan / los árboles que sembraste: / más árboles, / y más frutos / y más fecundas semillas.
Riobamba, marzo, 1984.

Morituri te salutant

Pentecostés
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