Triste es vivir de Leonidas Proaño
2 octubre, 2018
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Ilustración de Gustavo Doré, La Divina Comedia, c3.v9 |
“Ustedes, que entran, abandonen
toda esperanza”, este es el famoso verso de La
Divina Comedia de Dante Alighieri (3,9); una obra, que recoge la idea
difundida del infierno durante la edad media en Occidente y que emplazó en
algunas culturas y mentalidades una concepción del destino último, después de
la muerte, para los réprobos de la fe católica y constituyó la amenaza más fuerte
del clero en contra de una feligresía reacia a convertirse a lo que ellos
enseñaban.
toda esperanza”, este es el famoso verso de La
Divina Comedia de Dante Alighieri (3,9); una obra, que recoge la idea
difundida del infierno durante la edad media en Occidente y que emplazó en
algunas culturas y mentalidades una concepción del destino último, después de
la muerte, para los réprobos de la fe católica y constituyó la amenaza más fuerte
del clero en contra de una feligresía reacia a convertirse a lo que ellos
enseñaban.
Triste
es vivir, un
poema de 1928 de Leonidas Proaño, describe un instante de completo hastío, como
sería para los vasallos en tiempos de los señores feudales perversos: rendidos
ante la prepotencia; impotentes ante la injusticia; marginados y negado,
incluso, los deseos de hablar o de pensar… una realidad infernal. Se propone
en esta obra la impotencia consciente ante los efectos del mal, de aquel poder
interesado y despótico; el autor plantea un grandioso problema existencial,
donde se entrevé la respuesta de como vencer la demoniaca tentación, para
decirlo con Friedrich Nietzsche: “Cuando uno tiene su ¿por qué? encuentra ¿cómo?”
(Crepúsculo de los ídolos, Sentencias y
flechas, 12).
es vivir, un
poema de 1928 de Leonidas Proaño, describe un instante de completo hastío, como
sería para los vasallos en tiempos de los señores feudales perversos: rendidos
ante la prepotencia; impotentes ante la injusticia; marginados y negado,
incluso, los deseos de hablar o de pensar… una realidad infernal. Se propone
en esta obra la impotencia consciente ante los efectos del mal, de aquel poder
interesado y despótico; el autor plantea un grandioso problema existencial,
donde se entrevé la respuesta de como vencer la demoniaca tentación, para
decirlo con Friedrich Nietzsche: “Cuando uno tiene su ¿por qué? encuentra ¿cómo?”
(Crepúsculo de los ídolos, Sentencias y
flechas, 12).
Triste
es vivir
es vivir
Cuando ni un rayo de esperanza
brilla,
brilla,
cuando es negro y dudoso el
porvenir
porvenir
y el infortunio nuestra frente
humilla,
humilla,
¡triste es vivir!
Cuando ni una ilusión sus alas
tiende
tiende
que nos haga olvidar tanto sufrir;
cuando el dolor con su puñal nos
hiende,
hiende,
¡triste es vivir!
Si el corazón –profeta incomparable-
con latidos nos hace presentir
alguna cruel desgracia
inevitable,
inevitable,
¡triste es vivir!
Cuando la duda nuestra alma
ciega,
ciega,
cuando la fe no parece no existir,
y nuestro rostro en lágrimas se
anega,
anega,
¡triste es vivir!
Cuando Dios los clamores que
elevamos
elevamos
parece ¡ay! que no nos quiere oír,
entonces abatidos exclamamos:
¡triste es vivir!
Junio 11 de 1928
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