Sexo, ideología, política… pensamiento o su ausencia

Las polémicas ociosas en medio de la epidemia del no pensar y la grosería de establecer criterios adecuados a intereses de grupos económicos y religiosos son el manto de acciones escondidas y luciferinas.

¿Para qué salen las brujas? ¿A dónde van las brujas? Las brujas siempre salen en la búsqueda de demonios, para enamorarlos; para semejante propósito, requieren devorar jóvenes y aparentar voluptuosidad.
Preguntas sobre macho y hembra

Preguntas como ¿Qué es un hombre y que es una mujer? ¿Qué es macho y qué es hembra? ¿Qué es lo femenino y que es lo masculino? requiere respuestas, que parecen ociosas, fáciles e incluso obvias, pero la complejidad les preña y son puertas desconcertantes, no apto para el tránsito de mirones incautos o mandaderos ambiciosos.

Una reducción infame: todo es genitalidad, sexo y política

Una reducción configura ciertas respuestas en la cuestión planteada, centra la consideración de los sexos -genitalidad- y provoca interpretaciones  simplonas, induciendo a realizar acciones infestadas de fanatismo y fundametalismo. Desgraciadamente, muchas de las acciones pretenden influir en el juego político, desde las creencias religiosas, pero en este juego, en vez de defender los principios, los enturbian e impiden cualquier avance en la investigación y en el estudio.

La respuesta no está en la función sino en el significado

Proponer una respuesta, a las preguntas del párrafo anterior, conforme a la dignidad humana, requiere establecer marcos teóricos oportunos, cabe anotar:

  • la no existencia de ningún significado en las dinámicas orgánicas e inorgánicas, en la cuales se puede reconocer las funciones que desempeñan en el todo pero estas funciones no les otorga otro significado que la mediación que realizan.
  • solo los seres humanos dan significados a las cosas o a los eventos.
Función, reproducción y ¿el significado?

Los órganos genitales tienen su función en las dinámicas orgánicas de la reproducción; mas, la entera existencia de los seres sexuados no se reduce ni al ejercicio puntual de los actos reproductivos ni a sus consecuencias; de hecho, los órganos sexuales pueden extirparse y los individuos continúan con su función, sin la capacidad de reproducirse, obviamente.

La madre de las ideas y los panfletos

Arthur Schopenhauer marcó  los estudios de la sexualidad humana, mediante pensar a los seres humanos como individuos forjados por el instinto y la voluntad. Este presupuesto permite considerar a hombres y mujeres como servidores de la especie; seres sometidos al despotismo de los instintos y desechados al no servir a los fines de las pulsiones.

Tal considerar al ser humano, como una bestia, cuya “animalidad” (instinto) debe someterse al uso de la razón es una idea que, en cierta manera, parafrasea del texto del Génesis, en el cual el ser humano recibe el encargo de dominar todo.

La literatura recoge la supuesta doble naturaleza de los seres humanos: el instinto y la razón. S. Freud, por ejemplo, igual que otros autores, estructura la psique humana como un campo de batalla tripartito: el “Yo”, el “Súper Yo” (comunidad) y el “Eso” (instinto). La propuesta es apetecible para las creencias religiosas que sostienes ascetismos y prácticas que inhiben y subliman.

El significado y la dignidad de hacedor de significados

Imaginar las relaciones sexuales de los seres humanos como una coacción del instinto, como lo hacen el resto de animales, es un error; pues, las acciones realizadas por los seres humanos depende de sus significados, que, a la vez, son los motivos por los cuales actúan.

Considerar el significado, así como de la dinámica de la cual surgen, permite proponer respuestas conforme a la dignidad de hombres y mujeres. Este modo de reflexión requiere de la practica de pensamiento libre de atrofia conceptual sectaria y del uso de la libertad, no seducida por el brillo de los premios de la esclavitud.