
READING POEMS AT THE PARQUE DE CÓNDOR IN OTAVALO, ECUADOR
(For Fermín H. Sandoval)
Reading poems in an amphitheater on a mountaintop overlooking volcanoes with guitars, violins, eagles, hawks, & condors circling the audience, I feel a cobalt wind whipping clouds shaped like Caritas through my hair. Wind with the waist of a tango dancer relaxing one palm upon my right shoulder, the other against my left hip. The wind, toucan blue, body of granite, plus lips of brutal sunshine scrubbing the scalloped steps of the crowded amphitheater. Poems fly from Steve, Silvia, Gina, Juan, Rodrigo, & Aníbal. Volcanic ashes fall from guitars & violins. Eagle drifts like a single ash above the burning amphitheater, floats higher & higher until against a single cloud made of linen it appears as a speck of pepper before entering the smoky cloud like a poem entering heaven. Fermín conducts this sermon on an Andes mountaintop, opening his arms to the sky & spreading his wings like some great black bird of prayer. Amen.
Fermin, the poem I promised to send you long ago! Here it is, amigo: Alan Britt.

LECTURA DE POEMAS EN EL PARQUE DE CÓNDOR EN OTAVALO, ECUADOR
(Para Fermín H. Sandoval)
Leyendo poemas en un anfiteatro en una cima de una montaña con vistas a volcanes con guitarras, violines, águilas, halcones y cóndores que rodean al público, siento un viento de cobalto azotando nubes con forma de Cáritas a través de mi cabello. Viento con la cintura de una bailarina de tango relajando una palma sobre mi hombro derecho, la otra contra mi cadera izquierda. El viento, azul tucán, cuerpo de granito, además de labios de sol brutal fregando los escalones escurridos del anfiteatro lleno de gente. Poemas vuelan de Steve, Silvia, Gina, Juan, Rodrigo y Aníbal. Las cenizas volcánicas caen de guitarras y violines. El águila se desvía como una sola ceniza por encima del anfiteatro en llamas, flota más alto y más alto hasta que contra una sola nube hecha de lino aparece como una mota de pimienta antes de entrar en la nube ahumada como un poema que entra en el cielo. Fermín dirige este sermón en la cima de un ande de los Andes, abriendo los brazos hacia el cielo y extendiendo sus alas como un gran pájaro negro de oración. Amén

¡Fermín, el poema que prometí enviarte hace mucho tiempo! Aquí está, amigo: Alan Britt.

A una abuela eterna
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