¿Por qué apoyar a Correa?

 

San Jorge, protector de la Federación Rusa. Moscú, 2014

Si
por un parte la debilidad de la conceptualización de “buen vivir” es patente (y
vergonzoso) en el gobierno de la Revolución Ciudadana, no es así en la noción de
“bien público” o “bien común” que usa el Presidente Correa, un administrador
consciente de aquello que significa gestionar los medios que son de todos los
ciudadanos, en este afán no podemos más que pedir mantenga su fortaleza en la
línea de determinar y desarrollar aquellas condiciones que apoyen a que cada
ciudadano aproveche las oportunidades para despliegue de sus capacidades.

Las
explicaciones de las argumentaciones de carácter económico que motivan las
decisiones políticas de Rafael Correa son claros y corrigen las problemáticas
que en el Ecuador han estado enquistadas como un cáncer, así como deja en claro
las interferencias abusivas de las pretensiones de explotación de los extranjeros,
que encontraban o concebían las tierras ecuatorianas como si fueran potreros
baldíos llenos de monos, los cuales a lo sumo solo valían para convertirse en
“sirvientes”.

Los
enemigos de Correa no están en la oposición (que se ha mostrado absurda y hasta
estúpida) sino en los colaborares en las entidades públicas, que por otro lado
son una herencia de las administraciones anteriores, un pesado bardo que se
debe cambiar; cáncer que debe ser atacando en aquello que motiva tales
actitudes, esto es enfocándose en que el ciudadano se reconozca en cuanto
protagonista y responsable de su destino, del destino de su ciudad, de su familia
y sobre todo de las lágrimas, las impotencias y las sangres de sus muertos.

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