Pablo VI la denuncia del escándalo de lo inauténtico
20 mayo, 2014
Figuras de hierro. Catedral de Ávila, 2014
Pablo VI, un hombre acostumbrado a pensar, percibía
la angustia y la densidad de la decisión con tal vehemencia de anegarse en la
duda; pero, por el contrario, en sus escritos como Arzobispo de Milán, denunció
del verdadero mal de las sociedades (especialmente de las europeas) que en su
tiempo surgía y que en estos días está ya maduro: esto es lo inauténtico, lo
falso, el engaño que palpita en las apariencias.
la angustia y la densidad de la decisión con tal vehemencia de anegarse en la
duda; pero, por el contrario, en sus escritos como Arzobispo de Milán, denunció
del verdadero mal de las sociedades (especialmente de las europeas) que en su
tiempo surgía y que en estos días está ya maduro: esto es lo inauténtico, lo
falso, el engaño que palpita en las apariencias.
Lo inauténtico es el lado oscuro de la esquizofrenia
y se incuba en las pretensiones de las fachadas en las cuales algunos seres
humanos intentan justificar su propia existencia. Lo inauténtico invadió todo,
todo, todo (como lo hace la “nada” en el libro la Historia Interminable de Michael Ende). En todas partes, hoy por
hoy, vislumbran máscaras que emplazan un “verdad” (alterada) en los mercados de
las “verdades”.
y se incuba en las pretensiones de las fachadas en las cuales algunos seres
humanos intentan justificar su propia existencia. Lo inauténtico invadió todo,
todo, todo (como lo hace la “nada” en el libro la Historia Interminable de Michael Ende). En todas partes, hoy por
hoy, vislumbran máscaras que emplazan un “verdad” (alterada) en los mercados de
las “verdades”.
Lo inauténtico fue tratado en ese tiempo, además del
papa Montini, por otros intelectuales. Obviamente, en relación con otros grupos
humanos, para los católicos que no sólo repudian la mentira sino que deben
curarse de aquella esquizofrenia (de decir una cosa y hacer otra o de confesar
una verdad y hacer otra) las palabra del Papa del Vaticano II son el remedio, que
ahora más que nunca es necesario.
papa Montini, por otros intelectuales. Obviamente, en relación con otros grupos
humanos, para los católicos que no sólo repudian la mentira sino que deben
curarse de aquella esquizofrenia (de decir una cosa y hacer otra o de confesar
una verdad y hacer otra) las palabra del Papa del Vaticano II son el remedio, que
ahora más que nunca es necesario.
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