Otavalo: las Conejadas y la democracia

El Valle del Amanecer tiene en cuanto a
las administración pública una ambiente de shock, después del intento iniciado
por los de Conejo, quienes pretendieron (según lo que se ve por los resultados)
configurar a Otavalo como una zona residencial, sin preocuparse –entre otras
cosas- por le saneamiento de los ríos que cruzan la ciudad y desinteresándose
en absoluto por aquello que debe hacer específicamente la gestión pública, esto
es la promoción efectiva de las condiciones de producción económica de los
ciudadanos.
Otavalo tuvo desde 2000 al 2014 en la
administración Conejo (Pachacutik, Miga,
Alianza Pais o Revolución Ciudadana)
la oportunidad para concretar un
desarrollo sustentable del cantón (crear las condiciones de producción de los
ciudadanos) en base al aprovechamiento del recurso del turismo, las artesanías,
la universidad…  contrariamente no solo
que se limitaron a cubrir la obritas barriales (cosa era necesario encarar)
sino que concibieron dos obras monumentales el nuevo mercado y el nuevo
estadio, que además de carecer en su diseño arquitectónico con ideas originales
y acordes con la cultura de Otavalo debe ser un “inversión” muy costosa y sin
la planificación adecuada para el retorno del capital.
El oportunismo es una enfermedad terrible
y perversa para el desarrollo de los pueblos, pues emplaza en la dirigencia a
“incompetentes” y excluye a quienes sí pueden aportar a tal desarrollo;
contrariamente, al mal del oportunismo (populista)  y acorde a la creación de las condiciones de
producción de los ciudadanos, es la presencia de una dirigencia nacida de la
auténtica democracia; desgraciadamente, en nuestro medio (no solo en la
administración pública) esta tal señora Democracia solo aparece de cuando en
cuando entre divagados discursos y como una ilusión.

Deja un comentario