Morituri te salutant

Morituri te salutant (los que vamos a morir te saludamos). Bien vale, entender la densidad de la vida; una densidad que depende del ejercicio de la voluntad personal, sin este ejercicio ¿Qué sería cada individuo? Carne para un incierto y tenebroso destino.

En este caso, uso densidad (denso: espeso, pesado, macizo) para indicar, que la existencia humana solo tiene valor cuando los individuos se enfuerzan por ser libres. Todos los seres humanos somos mortales (tenemos que morir), pero la vida es un don maravilloso. Para descubrir todo lo que significa y cómo -cada uno- puede ser parte de ese don (de esa maravilla) se requiere ser libres. Solo la libertad (el uso intencional de la voluntad) da significado a cada existencia, porque es aceptar el don de la vida y aprovecharlo para generar vida.

La frase «morituri te salutant», muy conocida por la difusión que ha tenido en las películas de gladiadores (de romanos), es el saludos al emperador romano, por parte de los gladiadores (que luchaban entre sí hasta matarse, para vencer en ese «juego») que están en la arena para iniciar el morboso espectáculo.

«Ave Cesar, morituri te salutant«: ¡Oh Cesar¡ -título asignado al primer ciudadano romano, el principal-, los que vamos a morir en este día, te saludamos«.

Pero, en las culturas griegas y latinas, el recuerdo (el reconocer, el comprender) de la inebitabilidad de la muerte (que acontecerá, tarde o temprano) será para todos los miembros de esos grupos un compromiso, un aliciente para vivir bien y mejor.

El reconocer la realidad de la muerte ayudara a reconocer la importancia de vive bien. Por tanto, el saludo morituri te salutant es el compromiso de hacer lo menor en vida para que la muerte tenga sentido, sea una vida densa, no algo que se lleve el viento (el tiempo) y a nadie le importe, ni siquiera a quien recibió ese don, porque no se dio cuenta y vivió de espalda a la muerte como que no iba a llegar nunca.

Deja un comentario