Leonidas Proaño: un pensamiento proprio


Luis Arias Altamirano publicó en 1965 un libro titulado La Jerarquia Eclesiástica del Ecuador en los Concilios Vaticano I y Vaticano II. El curioso libro recoge algunas intervenciones de los obispos ecuatorianos de las cuales me ha llamado la atención las palabras de Mons. Leonidas Proaño, por ejemplo, “en la tercera etapa habló a la Congregación General del 22 de septiembre de 1964, acerca del esquema de los deberes pastorales de los obispos en la Iglesia: 

“en el texto actual del esquema falta la explicación de los deberes propios del obispo de conocer sus ovejas y sus necesidades. Es necesario conocer a fondo las diversas condiciones de vida. El obispo debe seguir a sus propios fieles aún en la ‘movilidad social’ que caracteriza a nuestro tiempo. Necesita, por tanto, de una organización más bien dinámica que estática. También, los fieles deben conocer a su pastor comunicando con él las muchas cosas que por su particular condición de vida pueden conocer y que viven directamente. De ahí la necesidad de instaurar un autentico dialogo entre el pastor y su grey. La Iglesia de Cristo está destinada a todos los hombres, de donde el obispo debe salir al encuentro aún de los no creyentes y de los no practicantes”.  

Recuerdo, al escuchar las lecciones de eclesiología -el estudio de la realidad de la Iglesia- o leer algún libro de teológica, no constan los aportes americanos; cosa que se puede justificar en los países europeos, por su eurocentrismo, pero que no explica en las gentes de las propias tierras americanas, al menos que se admita las intromisión de interés, que siempre suelen anidar, fascinar y de manipular a los sencillos para venderlos. 

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