La Revolución Ciudadana o ¿los “nuevos” Caciques?
15 febrero, 2014
Camello de masa relleno con crema. Gallarate, 2014
Según
los slogans de los capos de la Revolución Ciudadana, este movimiento tiene un
proyecto político, pero, si tal proyecto existe, ¿por qué se juegan la camisa
por mantener las figuras en los gobiernos locales? Figuras desprestigiadas o
cuestionadas (como ineficientes) en sus actuaciones (como en el caso –de lo que
tengo noticia- de Quito, Ibarra y Otavalo). Al final el argumento para
decidirse y elegir la propuesta “política” de la Revolución Ciudadana es que
los otros son unos “sinvergüenzas” (el viejo estilo de hacer política) y que
ellos (el “mal menor”) continúan las obras de Rafael Correa. Pero, ellos no son
Rafael Correa o ¿si?
los slogans de los capos de la Revolución Ciudadana, este movimiento tiene un
proyecto político, pero, si tal proyecto existe, ¿por qué se juegan la camisa
por mantener las figuras en los gobiernos locales? Figuras desprestigiadas o
cuestionadas (como ineficientes) en sus actuaciones (como en el caso –de lo que
tengo noticia- de Quito, Ibarra y Otavalo). Al final el argumento para
decidirse y elegir la propuesta “política” de la Revolución Ciudadana es que
los otros son unos “sinvergüenzas” (el viejo estilo de hacer política) y que
ellos (el “mal menor”) continúan las obras de Rafael Correa. Pero, ellos no son
Rafael Correa o ¿si?
Al
frase difundida dentro de los simpatizantes afines al gobierno de Rafael Correa
es precisamente: “¡Correa sí, fulano no!” Una opinión que refleja,
posiblemente, los desaciertos en las elecciones internas del movimiento Alianza
País e incluso el desagrado, tantas veces expuesto a la luz pública, por el
mismo Presidente ante las ineficiencias de sus equipos de trabajo, los cuales
parecen (en no pocos casos) no apoyarlo como él desearía.
frase difundida dentro de los simpatizantes afines al gobierno de Rafael Correa
es precisamente: “¡Correa sí, fulano no!” Una opinión que refleja,
posiblemente, los desaciertos en las elecciones internas del movimiento Alianza
País e incluso el desagrado, tantas veces expuesto a la luz pública, por el
mismo Presidente ante las ineficiencias de sus equipos de trabajo, los cuales
parecen (en no pocos casos) no apoyarlo como él desearía.
El
proyecto político de la Revolución Ciudadana pretende la superación de la
pobreza en el Ecuador. Una pobreza propiciada por la falta de medios y la falta
de igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos ecuatorianos. Para conseguir
este objetivo diseñan una planificación económica y una estrategia política que
debe superar un defecto inherente a la política ecuatoriana en si misma, esto
es “el populismo mesiánico” mediante el mismo “populismo mesiánico” y la
opinión (la estructura) de quienes pretenden (y han sustentado) el poder
político de uso exclusivo para el beneficio de unos pocos (que resulta ser
ellos mismos o sus grupitos).
proyecto político de la Revolución Ciudadana pretende la superación de la
pobreza en el Ecuador. Una pobreza propiciada por la falta de medios y la falta
de igualdad de oportunidades para todos los ciudadanos ecuatorianos. Para conseguir
este objetivo diseñan una planificación económica y una estrategia política que
debe superar un defecto inherente a la política ecuatoriana en si misma, esto
es “el populismo mesiánico” mediante el mismo “populismo mesiánico” y la
opinión (la estructura) de quienes pretenden (y han sustentado) el poder
político de uso exclusivo para el beneficio de unos pocos (que resulta ser
ellos mismos o sus grupitos).
En mi
criterio, la opción de volcarse sobre las figuras -cuya imagen política ha sido
deteriorada- por parte de la Revolución Ciudadana no le ayuda, por el contrario, constituye una herida y una hipoteca, que le hará sufrir y que tendrá que
pagar. Salvo que en realidad el quehacer ‘político” de la Revolución Ciudadana
solo sea una máscara y las acciones una estrategia sagaz para mantenerse en el
goce del poder. En tal caso habrá que auparse, otra vez, a la jaculatoria ¡misericordia, nostra publica pecata! (Misericordia.
Por nuestros pecados políticos).
criterio, la opción de volcarse sobre las figuras -cuya imagen política ha sido
deteriorada- por parte de la Revolución Ciudadana no le ayuda, por el contrario, constituye una herida y una hipoteca, que le hará sufrir y que tendrá que
pagar. Salvo que en realidad el quehacer ‘político” de la Revolución Ciudadana
solo sea una máscara y las acciones una estrategia sagaz para mantenerse en el
goce del poder. En tal caso habrá que auparse, otra vez, a la jaculatoria ¡misericordia, nostra publica pecata! (Misericordia.
Por nuestros pecados políticos).
Más recientes
Palabras para un amigo (Francisco Mateo-Seco)
También te puede interesar

Masacres y sociedades ecuatorianas
17 noviembre, 2021
Tú… te vas… de Leonidas Proaño
1 abril, 2020