La reevangelización: versión Luxley
10 enero, 2012
Muchos
europeos ven -algunos lo dicho expresamente- en los países de América (Latina, lógicamente)
a los fieles, los creyentes en Jesucristo, hombres y mujeres, como posibles reevangelizadores
de los seres que habitan sumergidos en los nuevos y complicados paganismos del
viejo continente.
europeos ven -algunos lo dicho expresamente- en los países de América (Latina, lógicamente)
a los fieles, los creyentes en Jesucristo, hombres y mujeres, como posibles reevangelizadores
de los seres que habitan sumergidos en los nuevos y complicados paganismos del
viejo continente.
No
parece desatinado o estar fuera de lugar imaginar la posible empresa
reevangelizadora, que podría ser inspirada por los creadores de Luxley, los franceses Valèrie Mangin y Francisco
Ruizgé. Estos ofrecen, en su obra, una ficticia invasión de la Confederación de los Atlantes
(nombre que les da a todos los habitantes de las tierras que serán descubiertas
por “Colon)” a Europa en tiempos de Robin Hood y pretende frenar las atrocidades que provocaran los
conquistadores en sus tierras americanas.
parece desatinado o estar fuera de lugar imaginar la posible empresa
reevangelizadora, que podría ser inspirada por los creadores de Luxley, los franceses Valèrie Mangin y Francisco
Ruizgé. Estos ofrecen, en su obra, una ficticia invasión de la Confederación de los Atlantes
(nombre que les da a todos los habitantes de las tierras que serán descubiertas
por “Colon)” a Europa en tiempos de Robin Hood y pretende frenar las atrocidades que provocaran los
conquistadores en sus tierras americanas.
Así, se puede proponer una aventura para la cual se requiere contar con
unos ejércitos grandes y poderosos (militares despiadados, armados y equipados)
para someter a los paganos, gentes naturales necesitadas de verdad, que
requieren se les imponga la salvación y se les obligue a
vivir costumbres «cristianas» a base de castigos personales y públicos, como córtales el
pelo o azotarles en las plazas; lógicamente, para pagar esta empresa, a
sabiendas que el don es inconmensurable y cualquier valor resulta
escaso, se puede primero recoger todo lo que tengan de valor y después
organizarles el trabajo para cobrar por medio de la producción.
unos ejércitos grandes y poderosos (militares despiadados, armados y equipados)
para someter a los paganos, gentes naturales necesitadas de verdad, que
requieren se les imponga la salvación y se les obligue a
vivir costumbres «cristianas» a base de castigos personales y públicos, como córtales el
pelo o azotarles en las plazas; lógicamente, para pagar esta empresa, a
sabiendas que el don es inconmensurable y cualquier valor resulta
escaso, se puede primero recoger todo lo que tengan de valor y después
organizarles el trabajo para cobrar por medio de la producción.
Lastima que la ficción se termine con una risa, pues los grandes y
poderosos ejércitos de este momento, como de otras épocas, no hablan del
Evangelio sino de aquel “dios” a que Jesús llamó “Mammon” (el dinero) muy afín a l gusto de los judíos de todos los tiempos.
poderosos ejércitos de este momento, como de otras épocas, no hablan del
Evangelio sino de aquel “dios” a que Jesús llamó “Mammon” (el dinero) muy afín a l gusto de los judíos de todos los tiempos.
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