The Iron Lady y mi ansiedad por encontrar un basurero


Mientras que
el
año pasado, el filme El
discurso del Rey
descubrió, casi como un profundo cumplido, a la británica
figura de Jorge VI, el monarca marcado por la tartamudez, en la estación
presente la película The Iron Lady
ofrece una caricatura de la Sra. Thatcher, que distorsiona la figura de la casi legendaria
Primer Ministro del Reino Unido. Esta obra seria digna de ordenarse en el grupo
de la comedia, solo que los golpes de risa son escasos en la segunda parte y que
juntamente con las restantes lagunas le ubican en un especial sitio de la
papelera.
Los buenos esfuerzos
actorales de Meryl Streep, reconocidos con algunos premios por el rol
protagónico en The  Iron Lady, no pueden cubrir, incluso en
el afiche, su connatural dulzura, importantísima para otras producciones, pero
que intrínsecamente compromete la interpretación categorialmente gélida ligada
a una severa opción racional que debe imponerse.
Una anciana
atormentada por el fantasma de su difunto esposo y por otras consecuencias de
las enfermedades seniles recupera su cordura y acepta su situación de soledad,
este es argumento The Iron Lady que me
recuerda, por contraposición, las buenas películas biográficas de personajes
políticos donde sobresalen los espectros del poder, que aunque no ven, si se percibe con claridad su eficaz actuación que convierte las palestras políticas en circos
de títeres.
Si algo
tienen The Iron Lady, además de la
urgencia de encontrar un basurero cercano, es provocar el sentimiento de
nostalgia por admirar una buena figura política, como se echa de menos el buen
cine, una figura totalmente due
ña de si misma, comprometida con
un ideal político y decididamente  empe
ñada en convertirlo en una realidad, sin componendas.
Figura ante la cual podemos estar de acuerdo o no, con sus principios o ideales,
pero que no deja opción a dudar precisamente de sus principios o ideales. No es
como las lánguidos espíritus timoratos a los cuales se los puede comprar o
vender, solo se necesita saber su precio y tener para pagarles.

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