Fiesta del Yamor de Otavalo 2012

El slogan de la fiesta del Yamor 2012, puntualiza especialmente la centralidad de la chicha en el festejo, como dice uno de los proponentes, por ello han elegido la frase: Yamor. La fiesta de la bebida sagrada. No es que tenga nada en contra de las metáforas. A mi me encantan. Lo que me disgusta son las palabras huecas, como las que se encuentran en muchos slogans. Otavalo es uno de los sitios, en el Ecuador, con una riqueza admirable y con ciclos festivos radicados e históricos (valiosísimos), entre los cuales fueron insertados los festejos de septiembre a mediados del siglo pasado, como se reseñan no en pocos escritos y directamente en expresiones de los protagonistas.

La centralidad de la fiesta del Yamor –cuyo nombre será puntillosamente elegido-, a sus inicios, lo ocupaba el encuentro de los vecinos de Otavalo para compartir actividades variopintas: elección de reinas, serenatas, baile de gala, bailes populares, celebración religiosa (con misa preparada para la ocasión, un caso insólito e interesante pues incluía un canon propio de consagración, desgraciadamente no aprobado por Roma), almuerzo con las autoridades, cruce de lago, toros, caminatas, etc. Este festejo se emplazo en los predios de la Gruta del Socavón, de especial importancia para los iniciadores.
Los protagonistas e iniciadores de la fiesta de septiembre en Otavalo fueron –como dicen los retóricos del lugar- una pléyade de personajes otavaleños. El nombre de “yamor”, al tratarse de personas “leídas, escribidas y pizarreadas” (según el habla de un señor de la zona), lo habrían tomado de las crónicas de siglo XVI, precisamente de aquella cita donde se dice que el inca bebía el yamor, una chicha especial. Mas es de recalcar que para estos ilustres la fiesta del yamor será la fiesta de la otavaleñidad, palabra calidad, telúrica y sentida entre los otavaleños.
Ciertamente, no se deja de lado la tesis –de algún sociólogo- que mantiene la reivindicación por parte de los otavaleños (comerciantes adinerados y moradores de las comunidades) de mostrar su superioridad frente a los llamados blancos. En este ambiente estaría la conquista de la fiesta del yamor en Otavalo, por parte de los llamados “indígenas”: ¿Sera que estos querrán centrar la significación celebrativa en la chicha del “inca”?. ¡Tal vez es así! pero en tal caso la reivindicación seria una victoria pirrónica, cuyo costo es la hipoteca de la propia identidad y el soterrar la cultura en general y en particular el clausurar el ciclo celebrativo propio de Otavalo, enajenando e imponiendo la moda panincaica. Lógicamente, un estudio sobre los hechos desmentiría las pretensiones de tal tesis pero no deja de preocupar la desinformación, los intereses y sobre todo “la ignorancia que brota robusta cuando se rasca un poco”, según la famosa sentencia del muy célebre otavaleño don Víctor A. Jaramillo.

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