Evangelii Gaudium: el día después de Vaticano II
19 diciembre, 2013
Portada de la exhortación en italiano, editorial Ancora, 2013
Con el aroma del alba del día
siguiente a la conclusión del Concilio Vaticano II, Francisco, obispo de Roma, ofrece su
exhortación apostólica con el concreto fin de iniciar la nueva etapa de la
misión de la Iglesia católica, sin detenerse en los vericuetos donde se ha
perdido el tiempo post conciliar. El ligamen del mensaje de Evangelii Gaudium con el Magisterio es
notorio, especialmente con la enseñanza de Pablo VI, como es patente también el
centro del documento que está focalizado en el desarrollo real de la fe en la
vida concreta del ser humano (caridad), indicando en la teoría de Benedicto XVI
y un filón importante en los escritos de Juan Pablo II.
siguiente a la conclusión del Concilio Vaticano II, Francisco, obispo de Roma, ofrece su
exhortación apostólica con el concreto fin de iniciar la nueva etapa de la
misión de la Iglesia católica, sin detenerse en los vericuetos donde se ha
perdido el tiempo post conciliar. El ligamen del mensaje de Evangelii Gaudium con el Magisterio es
notorio, especialmente con la enseñanza de Pablo VI, como es patente también el
centro del documento que está focalizado en el desarrollo real de la fe en la
vida concreta del ser humano (caridad), indicando en la teoría de Benedicto XVI
y un filón importante en los escritos de Juan Pablo II.
Evangelii Gaudium es un documento rico. Aunque -como
era presumible suponer- para la pesante tradición europea “academicista” (de
aquellos gatos que se asfixian con los hilos con los que juegan) puede sonar
simple, precisamente esa tradición, desgraciadamente activa y que se podría
decir hasta “prestigiosa”, es una de las lagunas del tiempo perdido, pues no se
puede negar que “la humanidad sufre cuando falta pensamiento”, cosa paradójica
con la presencia de tantas universidades pontificias.
era presumible suponer- para la pesante tradición europea “academicista” (de
aquellos gatos que se asfixian con los hilos con los que juegan) puede sonar
simple, precisamente esa tradición, desgraciadamente activa y que se podría
decir hasta “prestigiosa”, es una de las lagunas del tiempo perdido, pues no se
puede negar que “la humanidad sufre cuando falta pensamiento”, cosa paradójica
con la presencia de tantas universidades pontificias.
Entre otras cosas, Evangelli Gaudium redimensiona el
servicio efectivo del ministerio eclesiástico. Destaca la actuación de pastor
(sacerdote, obispo…) que debe enmarcarse en la pertenecía a la tradición propia
de una iglesia particular, en la cual el pastor debe estar compenetrado
realmente (“oler a ovejas”), desde una perspectiva de servidor, no como el
ilustrado conferencista sino como el sabio sacerdote de pueblo que no está para
condenar ni tampoco para perder o traicionar los propios principios. Igualmente
apremiante es el llamado a los cristianos, con mayor razón a los pastores, a
ser luz (alegría) por medio de la misericordia, de la cual todo cristiano es
testigo (mártir), por lo cual dona la vida, cuyo signo es la alegría, e inicio
de la nueva evangelización, la misión de la Iglesia.
servicio efectivo del ministerio eclesiástico. Destaca la actuación de pastor
(sacerdote, obispo…) que debe enmarcarse en la pertenecía a la tradición propia
de una iglesia particular, en la cual el pastor debe estar compenetrado
realmente (“oler a ovejas”), desde una perspectiva de servidor, no como el
ilustrado conferencista sino como el sabio sacerdote de pueblo que no está para
condenar ni tampoco para perder o traicionar los propios principios. Igualmente
apremiante es el llamado a los cristianos, con mayor razón a los pastores, a
ser luz (alegría) por medio de la misericordia, de la cual todo cristiano es
testigo (mártir), por lo cual dona la vida, cuyo signo es la alegría, e inicio
de la nueva evangelización, la misión de la Iglesia.
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