
Elecciones CCE del Núcleo de Imbabura 2021
Para la contienda electoral 2021 -después de los extraños retrasos, aunque sea una práctica común- del Núcleo de Ibarra de la Casa de la Cultura hay dos listas: la Uno y la Dos. ¿Cuál será la mejor? o para mejor entender ¿la opción menos mala?
Para mucho -entre los que me incluyo- los que hicieron la ley, que rige la Casa de la Cultura-Núcleo de Imbabura, como todas esas instituciones “culturales” (que no se sabe que hacen, exactamente), traicionaron el ideal de los fundadores, prostituyendo la actividad.
El pago al director (el sueldito) es lo que entra en la conquista de los interesados en ganar las elecciones de la Casa de la Cultura; pero, como solo hay remuneración mensual para uno, los demás quedan excluido o a merced de las decisiones de círculo de turno (es la práctica ecuatoriana). En el fondo eso es lo que se espera de cualquiera de los triunfadores.
En la lista Uno, predominan las mujeres jóvenes -cada una con una trayectoria (hay que decirlo) de esfuerzo y de logros personales- cuya debilidad es no haber participado activamente en el Núcleo (tal vez no podían) y, por lo tanto, no conocerlo; hecho que podría llevarles a banalizar el trabajo de quienes han hecho la institución (al menos cuando tenía prestigio); además, de contar en su equipo con las sombras de quienes sin tener ningún mérito ni contribución solo han consumido recursos en otras instancias e instituciones.
La lista Dos, representa, el continuismo de los últimos años en la figura del candidato, que casi ha ocupado una década en la silla directiva; la lista propone mejorar, pero las interrogantes sobresalen ¿pueden? ¿tienen la intención de hacerlo? Porque podría ser, simplemente, la misma estrategia de la vez anterior para mantenerse. ¿La fortaleza de este grupo? La clientela cautiva presente en las membrecías, que hacen bulto y aportan poco.
¿Cuándo cambió la Casa de Cultura-Núcleo de Imbabura? ¡Hace años! Y pensar qué en el Núcleo, hicimos incluso cine (¡con premios! No dados por la misma institución ni por compadres) sin recursos ni poder. Allí están como testimonios: documentales, cortometrajes, el diseño de la Sala Cubilche, la realización de muestras, los libros… ¿Una Casa que se nos fue? ¿Se podrá recuperar? Ciertamente, debemos mantener el respeto y la gratitud para con quienes hicimos el Núcleo.
¡Entre tanta hojarasca y papacara! Por suerte, la “cultura” no puede estar atada a presupuestos. Las elecciones CCE del Núcleo de Imbabura 2021 deben llevarnos al firme compromiso con las identidades, la libertad y la colaboración. Las pasiones viciosas, las mascaradas casi ingenuas y otras tantas miserias humanas son materia que alimenta las expresiones culturales, para quienes las cultivan verdadera en el arte, lógicamente.

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