
El Yamor de Dña. Yolanda Cabrera
Los otavaleños se esmeran para que la frase de la festividad de septiembre no sea solamente un slogan lírico (palabras bonitas que no dicen nada) sino un compromiso característico de quienes han hecho de Otavalo su tierra. “La fiesta más alegre en la ciudad más amable” se muestra, por ejemplo, en el admirable trabajo de dña. Yolanda Cabrera, quién custodia, hoy por hoy, la receta de la famosa chicha del yamor.
El “yamor” era una bebida a base de maíz exclusiva para el cabecilla, según dicen de la referencia en antiguas crónicas incas; no se ha conservado, por desgracia, la receta de esos tiempos, contrariamente, en las últimas décadas, su perfeccionamiento es evidente, de modo tal que se constituye en patrimonio otavaleño digno de promoverse y conservarse, igual que el cuidado, la paciencia y el cariño de dña. Yolanda Cabrera que constituyen los ingredientes principales en la elaboración de la chicha de Otavalo: seleccionar cada uno de los granos, limpiarlos, tostarlos, escogerlos, nuevamente limpiarlos, combinarlos, molerlos y -siendo harina- cocinarlos durante largar horas al calor de las brasas de la leña, cernir el jugo resultante, dejarlo reposar y cuidar la fermentación, nuevamente cernirlo varias veces, para lograr un cuerpo fluido, y combinarlo con miel de panela… así cada vaso de yamor tiene el sello de calidad que lo distingue, para el cuidado de la salud y su potencial alimenticio.
La palabra “Otavalo”, según el sabio obispo de Ibarra, Federico González Suárez, significa “el lugar de los antepasados” o “la tierra de los padres”, un lugar para respetar y honrar la memoria de lo propio, por medio del cultivo de la “acogida”, la amabilidad, que hacen de las sociedades otavaleñas, familias de gentes amables y alegres; un gran motivo para celebrar una gran fiesta que se expresa en la magnífica chicha del yamor de dña. Yolanda Cabrera, la chicha de Otavalo.

No haré ningún pacto con el diablo
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