¿El siglo sin padres?
29 febrero, 2012
Este
tiempo –se refiere a las últimas décadas- es “el siglo sin padres”, ha escrito
algún europeo, desde los prejuicios que esa gente se carga, como por ejemplo,
el complejo de sentirse como la crema de la crema y de sublimar sus meras
opiniones a la altura de algún oráculo celestial, obviamente, con la cubierta
de la fama de lo “científico”.
tiempo –se refiere a las últimas décadas- es “el siglo sin padres”, ha escrito
algún europeo, desde los prejuicios que esa gente se carga, como por ejemplo,
el complejo de sentirse como la crema de la crema y de sublimar sus meras
opiniones a la altura de algún oráculo celestial, obviamente, con la cubierta
de la fama de lo “científico”.
A
parte, de que sea justa la apreciación de caricaturizar la imagen del barrio
donde habita el caballero, en relación a denominar “el siglo sin padres”, se
debe puntualizar que los hijos siempre tiene padres, aunque estos –los hijos-
los repudien o pretendan ignorar o quieran que otros fueran sus padres, pero
que son hijos de unos padres concretos.
parte, de que sea justa la apreciación de caricaturizar la imagen del barrio
donde habita el caballero, en relación a denominar “el siglo sin padres”, se
debe puntualizar que los hijos siempre tiene padres, aunque estos –los hijos-
los repudien o pretendan ignorar o quieran que otros fueran sus padres, pero
que son hijos de unos padres concretos.
En
el siglo pasado y en también en este -pienso que las cosas no han cambiado con
la rapidez del ciberespacio- los hijos de sus padres (que se trasformaron en
padres, casi es un trabalenguas), siempre en el susodicho ambiente europeo,
desarrollaron unas pretensiones en sus existencias; las cuales pretensiones,
por un medio o por otro, han marcado a los hijos con los estigmas que ahora se
encuentran precisamente en la existencia concreta de estos y que daría la
impresión que no tiene padres, pero son hijos de esos padres. Mejor, en vez de
llamar “el siglo sin padres” debería llamarlo, con un termino mas acorde a la
marca estampada de los padres en los hijos, algo así: “el siglo de la
ingratitud y de la estupidez”
el siglo pasado y en también en este -pienso que las cosas no han cambiado con
la rapidez del ciberespacio- los hijos de sus padres (que se trasformaron en
padres, casi es un trabalenguas), siempre en el susodicho ambiente europeo,
desarrollaron unas pretensiones en sus existencias; las cuales pretensiones,
por un medio o por otro, han marcado a los hijos con los estigmas que ahora se
encuentran precisamente en la existencia concreta de estos y que daría la
impresión que no tiene padres, pero son hijos de esos padres. Mejor, en vez de
llamar “el siglo sin padres” debería llamarlo, con un termino mas acorde a la
marca estampada de los padres en los hijos, algo así: “el siglo de la
ingratitud y de la estupidez”
El
problema para nuestras sociedades, ahora si hablo del Ecuador, son las capsulas
de “ciencia” o “pseudo ciencia” que se presentan en los ambientes educativos.
Propuestas, que precisamente, están marcadas por las características de pueblos
diversos y ajenos, con sus traumas y virtualidades, que es necesario
decodificar, distinguir y separar para que sean de provecho. Pero, esto no es
posible si nosotros no asumimos nuestra identidad, esto es por medio de
entender y valorar lo que somos, sin esos complejos que reducen o subliman
ingenuamente.
problema para nuestras sociedades, ahora si hablo del Ecuador, son las capsulas
de “ciencia” o “pseudo ciencia” que se presentan en los ambientes educativos.
Propuestas, que precisamente, están marcadas por las características de pueblos
diversos y ajenos, con sus traumas y virtualidades, que es necesario
decodificar, distinguir y separar para que sean de provecho. Pero, esto no es
posible si nosotros no asumimos nuestra identidad, esto es por medio de
entender y valorar lo que somos, sin esos complejos que reducen o subliman
ingenuamente.
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