El Padre Custodio vendía manteca para sobrevivir

La historia del famoso sacerdote de Cotacachi es la de un hombre ensotanado vendiendo manteca de puerco en el mercado; un afán para cubrir las penurias económicas a la que fue sometido otrora por el obispo de Ibarra.

La imagen del Padre Custodio vendiendo manteca de puerco para sobrevivir es un recuerdo. Una evocación al famoso sacerdote católico, de otro tiempo, que vivió -según la tradición- en Cotacachi, Provincia de Imbabura (Ecuador). La fama de este eclesiástico está ligada a la venta de manteca de chancho en el plaza del mercado. El recuerdo del P. Custodio es la imagen de un cura arremangado repartiendo la cantidad de manteca a sus caseras.

La dedicación del padre Custodio en el mercado tenía como fin obtener algo de dinero para su sustento; pues, por algún motivo el obispo diocesano de Ibarra le impidió disponer de la congrua.

La evocación al padre Custodio de Cotacachi enfoca la situación del clero ecuatoriano. Trata del sostenimiento económico y de otros ámbitos, que requieren igual atención y estudio, como el espiritual, el pastoral, el intelectual, el académico, etc. Todos estos temas requieren diligencia desde la antropología cultural que ayuda a mantener los pies en la tierra y a concretarse en las reflexiones.

La imagen bizarra del Padre Custodio vendiendo manteca para sobrevivir es la de cualquier clérigo dedicado a una actividad distinta de la específica de su ministerio.

La inquietud de conocer las necesidades de quienes dedican su vida al desempeño del sacerdocio católico en el Ecuador es tarea pendiente y urgente. Una temática que debe preocupar a todos los ecuatorianos y especialmente a los bautizados, que deben cubrir tales necesidades.

La historia del Padre Custodio vendiendo manteca parece extraña pero es frecuente, lo que cambia es la manteca. Resulta curioso los muchos asuntos de los sacerdotes que se han monetarizado, algunos de manera grosera. Pero, no se olvide que la vida de los clérigos ecuatorianos son efecto de ideas implementadas y difundidas; de las cuales, los fautores son responsables por omisión o comisión.

Deja un comentario