El fetichismo en la religiosidad popular católica europea

 
Iglesia vecina al Angelicum. Roma, marzo – 2013

 De las cosas que observo en la vida religiosa
católica de los europeos (de su religiosidad popular) me llama la atención algo
que podría clasificarse dentro de un supuesto fetichismo. Estas gentes
consideran ciertas cosas no solo en su valor de símbolos sino como si existiera
en ellas un “poder” casi mágico. Una de estas es la figura del Papa. La primera
vez que percibí con fuerza este fenómeno fue en la Plaza Colon de España cuando
Karol Wotjiwa, Juan Pablo II, se dirigía a los jóvenes. Los guambras gritaban
con tal algarabía que el Papa no podía leer su discurso; ante esta situación el
Romano Pontífice cortó su lectura y pidió silencio. Recuerdo -de memoria- sus
palabras:
      
 – 
Jóvenes
gritan mucho y escuchan poco.

Otra experiencia al respecto, podría contar del un
encuentro de sacerdotes con el Papa –Joseph Ratzinger- en la catedral de Milán,
durante la celebración de la Jornada Mundial de la Familia. Sorprendentemente,
los sacerdotes tenían su atención en la figura de Benedicto XVI (como “cosa”
presente) eran desesperados por mirarlo de cerca y tocarlo, por lo tanto se
abalanzaban.

Los ejemplos son al caso, no perteneces a una
investigación exhaustica ni especifica, esto quiere decir que podría equivocarme
soberanamente, pero no se quita el interés por averiguar los motivos de esos
comportamientos “humanos” ante las figuras religiosas, sobretodo si se leen
mensajes como el aparecido en al red, en el tiempo de sede vacante, que
preconizaba un amor al Papa sin conocerlo, decía: “Aun no sé como será y lo
amo”.

Encuentro peligroso, en la religiosidad popular
susodicha, el perderse solo en las figuras olvidando que son, que cosa hacen o
han hecho y que cosa dicen. Considero infame y anti católico (por lo tanto
inhumano) el desinterés por conocer quienes sean, que hagan o que han hecho y
que cosa dicen o digan. ¡Al fin y al cabo son seres humanos! ¡Los sentimientos
son ciegos, siempre requieren de luz! 

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