El discurso del Tin Delgado y el rosto sincero de los ecuatorianos
2 agosto, 2014
Tronco seco.
Los populismos son el
cáncer de las democracias. El populismo no solo es la señal clara de la mala
práctica política sino también es el síntoma de la descomposición o de la
corrupción de los sistemas democráticos. Los populismos, en efecto, desbaratan
cualquier sistema democrático, pues afectan directamente a los
principios (ideas) basilares que originan los instrumentos legales y por
ende la aplicación de los mismos en las sociedades. Los populismos no prestan
atención a la cohesión social resultante del respeto de los principios
basilares señalados (contrato social) sino que se aprovechan de las
circunstancias para manipular sea al mismo contrato social (las leyes) sea a
los propios ciudadanos en su interés.
cáncer de las democracias. El populismo no solo es la señal clara de la mala
práctica política sino también es el síntoma de la descomposición o de la
corrupción de los sistemas democráticos. Los populismos, en efecto, desbaratan
cualquier sistema democrático, pues afectan directamente a los
principios (ideas) basilares que originan los instrumentos legales y por
ende la aplicación de los mismos en las sociedades. Los populismos no prestan
atención a la cohesión social resultante del respeto de los principios
basilares señalados (contrato social) sino que se aprovechan de las
circunstancias para manipular sea al mismo contrato social (las leyes) sea a
los propios ciudadanos en su interés.
Todo lo opuesto al
populismo es la discusión y argumentación democrática, que no se debe confundir
con las destrezas en el uso de un lenguaje, lo importante es la presencia de
ideas, aunque estas, muchas veces, no adquieran la claridad que meriten. Hemos
observado con muchísima tristeza, con angustia, la intervención de un
futbolista en la Asamblea Nacional, no precisamente por el desempeño personal
del asambleísta –que refleja lo que es el pueblo- sino por la carencia de
asesoramiento eficaz y oportuno para que el señor Delgado pueda expresarse.
populismo es la discusión y argumentación democrática, que no se debe confundir
con las destrezas en el uso de un lenguaje, lo importante es la presencia de
ideas, aunque estas, muchas veces, no adquieran la claridad que meriten. Hemos
observado con muchísima tristeza, con angustia, la intervención de un
futbolista en la Asamblea Nacional, no precisamente por el desempeño personal
del asambleísta –que refleja lo que es el pueblo- sino por la carencia de
asesoramiento eficaz y oportuno para que el señor Delgado pueda expresarse.
¿Qué vemos en la
intervención del Agustín Delgado? Un ser humano que intenta articular o leer un
discurso que no era el suyo, no le pertenecía. Mas ese momento, de indigencia y
bochorno, es clave para reconocernos cada uno de los ecuatorianos eso somos:
seres humanos a quienes se no ha negado y se nos niega el pensamiento y el deber/derecho de tener y expresar una palabra propia. Agradecemos al
Asambleísta Delgado por la humilde y por esa humildad, precisamente, magnífica
demostración de aquello que somos los ecuatorianos: pues aunque sea el mismo
Rafael Correa a quien se le escucha en sus intervenciones “magistrales” no se puede
decir que exprese un pensamiento proprio y una palabra propia. Y obviamente
advertimos que sin ese pensamiento y sin
esa palabra somos fáciles presas de populistas feroce.
intervención del Agustín Delgado? Un ser humano que intenta articular o leer un
discurso que no era el suyo, no le pertenecía. Mas ese momento, de indigencia y
bochorno, es clave para reconocernos cada uno de los ecuatorianos eso somos:
seres humanos a quienes se no ha negado y se nos niega el pensamiento y el deber/derecho de tener y expresar una palabra propia. Agradecemos al
Asambleísta Delgado por la humilde y por esa humildad, precisamente, magnífica
demostración de aquello que somos los ecuatorianos: pues aunque sea el mismo
Rafael Correa a quien se le escucha en sus intervenciones “magistrales” no se puede
decir que exprese un pensamiento proprio y una palabra propia. Y obviamente
advertimos que sin ese pensamiento y sin
esa palabra somos fáciles presas de populistas feroce.
Anterior
De un déspota vestido de oveja
También te puede interesar

Abuso del poder
27 marzo, 2019
Tú… te vas… de Leonidas Proaño
1 abril, 2020