Eso no es Dios

Dragon. Artesania. Barzio, 2012.
                              
¿Hace bien Juan José Millás en preguntarse sobre que
tipo di “dios” es el que proponen ciertas gentes? o  lo que sería lo mismo ¿qué cosa entiende con
la palabra Dios ciertos personajes? El periodista de El País (España, 24/5) manifiesta su interrogante sobre cuál sería el
“dios” de Ruoco Valera y Martínez Camino, el de Videla, el de Bush y el de Aznar,
el de Franco, el de Pinochet, el de la Tratcher, el de Gallardón, de Ana
Mato… señalando en cada caso una hecho puntual (cierto o no)  que induce a bosquejar una caricatura ridículo
de “dios”, que sería un amasijo de ideas andromorfas de las percudidas
intenciones mal etiquetadas como buenas y que ciertamente diseñan una absurdo,
horrendo y espeluznante ídolo; obviamente, eso no tiene nada que ver con el
Padre de Jesucristo.

Es necesario anotar que la cuestión que Millás
propone es nuevo solo en insinuar caras contemporáneas;
en la Historia es repetida, reformulada y siempre actualizada. Así, ya en las
tierras de la América, por ejemplo, Blas Valera la formuló, quizá recogiendo lo
que era el desconcierto generalizado de unos hombres “ingenuos” que creían en
las palabras de los extranjeros. El mestizo peruano, en el siglo XVI, sobre el
“dios de esos supuestos católicos” que envenenaban, que supuestamente habían
venido a ayudar, por el contrario robaban, mataban, esclavizaban y se aprovechaban
de todo… incluso satanizaban todo… ¿Qué diantre di ser era ese “dios”  de esos? O habían dos “dioses” ¿uno que es
el  que dibujan las palabras y otro el
que dominaba la vida?

Comprendo porque a algunos personajes les da una
urticaria aguda e intensa cuando escuchan investigación antropológica
cultural  a partir de los hechos
concretos. El susto se expresa con eso de: “relativismo”… “relativismo”, luego
rosarios y rosarios de razonamientos similares al que uso el Papa Barberini al
intentar convencer a Galileo Galilei que era el movimiento interno de la tierra
que ocasionaba las mareas y no el ciclo de la luna, como decía el nueva teoría.
Como sea, también tengo la curiosidad de saber que laya de “dios” es el de esos
personajes. Aunque, hay que anticipar que la dualidad es una constante y
también hay que mencionar que está presente en la vida del Maestro de Nazareth.
De hecho en tiempo de Jesús unas gentes se apoderaron de la viña de Padre y mandaron
matar al Hijo, para quedarse con la heredad, la historia no parece variar
mucho.

Además, hay que agregar en este comentario al citado
artículo Dio y Einstein de El País, la no vana cita: “Dios juega a
los dados” (Einstein), pues n
o es un superficial teísmo. Se comprende perfectamente
con la aplicación de un concepto de cultura capaz de analizar el tal sentido
común: unas ideas difundidas y compartidas en un grupo humano particular que
parecen ser la verdad inalterable, pero que son solo eso: unas ideas difundidas
y compartidas en un grupo humano como las que hay en otros grupos humanos.

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