Dinero mal habido: el de los de Alianza Pais ¿seguro!

Los bienes y las ventajas que una persona posee tienen que
ser justificados, por tanto, ante los bienes cabe preguntarse ¿cuál es su
procedencia? y ¿cómo se los ha obtenido? De la respuesta, se puede saber si
tales bienes son o no honestos; para lograr calificarlos de honestos no solo
hay que valorar y verificar que esos sean el resultado del trabajo sino que se
debe, también, observar si tales bienes guardan proporción al servicio
realizado a la sociedad y después advertir si son acordes a la función
específica que una persona realiza sin relación a los cargos que ocupa, esto es
si un individuo puede ganar esos bienes por sí mismo y no por la dependencia a
un cargo, especialmente si fuese público.
Los bienes, el dinero, las prebendas… mal habidas no solo
son los provenientes del robo, de la trata de blancas, del sicariato, de la
estafa, de la usura, del comercio de drogas, de la explotación… sino que son
aquellos obtenidos sin ofrecer un beneficio real a la comunidad y sin que se
pueda justifica el rol de individuos en la comunidad; por estos motivos se
llaman “ladrones” a la mayoría de “políticos”, porque las canonjías de tales
individuos son debidas a los cargos que detentan sin que exista un aporte real
a las sociedades y sobretodo, se les llama ladrones porque se constata que tales
individuos (hombres o mujeres) serían incapaces de ganar esos bienes por sí mismos.
En el Ecuador, los políticos auténticos son escasos,
inexistentes o extinguidos, la mayoría que ejercita o que funge como político lo hace por oportunismo, cabría investigarles y saber si sus bienes han crecido,
si lo hubiesen hecho a modo diverso de como hubieran aumentado si hubiesen ejercido
sus ocupación sin el desempeño en los cargos públicos habría que procesarlos
por robo (se debería tipificar ese delito, pues serían y son dineros y bienes
mal habidos).

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