¿Desinformación, crimen de lesa humanidad? Un pedido de Correa

El gobierno
del Ecuador, como todos los ecuatorianos, ha rechazado y condena la masacre de
Siria. Afirmación que refuerza el reclamo, el rechazo y la condena del
presidente Rafael Correa a la forma tendenciosa de los medios de comunicación e
igualmente exige el cumplimiento de unos mínimos que garanticen el derecho
humano a la verdad. Derecho que debe concretarse en puntos tales como el
recibir la información situada en la mayoría de contextos posibles e incluso se
debería estableces una condena a la mentira (con el mismo rango que se castigan
los crímenes de lesa humanidad) cuando afecta la paz de los pueblos y de los
ciudadanos, desata conflictos y somete a esclavitudes a unos hombres en
beneficio de otros.
No
puedo ilustrar la feísima impresión que me invadió al escuchar un comentario
(que posteriormente descubrí que era gratuito y manipulada por la
desinformación) sobre la posición del Ecuador frente al conflicto de Siria
(dentro de la llamada “primavera árabe”), que, según el comentador, estaría en
el mismo casillero de países (Uganda, China, Rusia y Cuba) que según ese señor
irrespetan –en algunos no le faltaría argumentos- los “derechos humanos”.
Derechos muy sonados y mentados pero desgraciadamente no en todos los ámbitos
que les compete ni con la misma fuerza en todos los casos. 
El
desempeño de los medios de comunicación debe participar en la construcción de
la paz, por medio de proponer información contextuada  y con las interpretaciones posibles.
Diferenciando claramente que cosa hace un informador y que hace un comentador.
Los  medios de comunicación deben ser
instrumentos para la paz y no ser parte de la desinformación y por tanto
cómplices descarados de conflictos y latrocinios. ¡Se debe establecer penas
para los sutiles y agudos crímenes que laceran el derecho humano a la verdad!

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