“Desarrollo vs. Cultura” una confusion de Falconi


¡Recaspita! Parecería que le tengo en diente al editorialista. No es así. Recibo
sus invitaciones a leer sus artículos. Son artículos fáciles y si hay algo para
comprender se requiere leerlo entre líneas. Lo primero en venirme a la mente es
el interrogante de 
 por estos artículos reciben el autor algún incentivo
económico por parte de periódico –aunque como servidor publico supongo que
incluye en su rol de propaganda-; segundo me resulta coherente aunque sospechosa
la línea editorial de periódico y por último me falta el trabajo de los
redactores y de los directores, por ejemplo, cito del titulado “Desarrollo vs. Cultura” –de la edición
digital este miércoles veintiocho de El
Telégrafo
– y reitero el interrogante puesto anteriormente: ¿Qué quiere
decir?
No es cuestión de yuxtaponer palabras como si fuera lluvia de ideas (igual,
a ciertas partes del texto de Montecristi, con el que debemos trabajar
(cuestión de la llamada “democracia”, asunto para otro día). No pongo en duda la
buena intención (¡Esperemos! No es sarcasmo. Votaría otra vez por Correa, pues
la oposición es simplemente vergonzosa) pero, por favor, decir como conclusión de
un editorial que “desarrollo es sinónimo de diversidad, de efervescencia, de
una gama más amplia de posibilidades sociales” da pie a preguntarse:  ¿sí el autor ha bebido la noche anterior y la
efervescencia la encontró en la aspirina o en el alka-seltzer para curar el chuchaqui?
Tras líneas, supongo, la pretensión del autor  establecer con claridad que el significado del
uso del término “desarrollo” depende de la “cultura” –entendida como forma
concreta de vida-. Concuerdo con esa aseveración y ciertamente también en la
necesidad de denunciar el abuso del eurocentrismo que ha impuesto el
significado del vocablo “desarrollo” con relación en su particular modo de vida
(su cultura). Ah, si esta lectura entrelineas es correcta, no se trata entonces
de contraponer dos realidades (“Desarrollo vs. Cultura”), sino de enfatizar la
diferencia de los códigos culturales y definir el Sumak Kawsay –este concepto, me parece genial en la Constitución,
aunque no me gusta la escritura ni la formulación cusqueña, porque tengo raíces
de Panzaleo- como la disposición efectiva de las condiciones que hace posible
el desarrollo dentro del propio código cultural.

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