Otavalo: la piscina del Neptuno y el río Machangara

La semana pasada observé un comentario en el sitio facebook de un amigo. Este amigo muestra, en el medio de comunicación, una foto donde se aprecia el estado actual de la piscina Neptuno de Otavalo y señala que en vez de la situación de abandono de la misma se debería habilitarla para el uso deportivo y recreativo de la localidad. A este apunte añadí, sobre el muro del amigo, también el descuido de las otras piscinas otavaleñas: Las Lagartijas y Yanayacu.
Recibí, supongo como contestación y cortesía, la dirección electrónica del Municipio de Otavalo donde se muestran algunas obras que ahora la administración ejecuta, entre esas me llama la atención el embovedado del rio Machangara. Aunque, resulta confuso captar en el video si la obra consiste en la recuperación del rio, si se trata de conducir las descargas de las aguas servidas para que no afecte el curso del rio o si funden un largo cajón de concreto el torrente oculte el torrente mezclado con las aguas servidas.
La recuperación del rio Machangara de Otavalo sería fabuloso, un torrente límpido que cruce la ciudad, a modo de parque línea sinuoso y verde, donde se note, entre otras cosas, el puente diseñado y construido por el arquitecto italiano Antonio Dominici que ante el fragor de la tempestad, después de haber concluido su obra, desafiaba al encrespado y desatado cause invernal: “Si el puente se cae se va con Dominici”. El puente aún se conserva pero, por no sé qué rabia o por qué prejuicio, está oculto.
Acertado, por otra parte, me parece encauzar la descarga de las aguas servidas y tratarlas para devolver al rio agua purificada. Mientras, el embovedado de un rio me parece la construcción de un sarcófago malamente justificado para ocultar los hedores y a los roedores.
Interesantes las obritas municipales pero una administración moderna y seria deberá encarar una planificación para el desarrollo sostenible de los ciudadanos, esto es crear las condiciones y facilidades (marcos jurídicos claros, implementación de energías y redes de comunicación, optimización y capacitación para aprovechamiento de recursos, etc.) para que todos los habitantes puedan desarrollar sus actividades y generar recursos.  Nuestro deseo es que la Revolución Ciudadana, de Rafael Correa y su grupo, no se quedé como en el caso de Otavalo en unas obritas, sino que prevea y promueva la construcción del futuro de un país rico y hermoso como es el caso del Ecuador y debería inspirar la gestión de todos los municipios, no solo los que tienen a un burgomaestre de marcado tinte liberal.

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