Artistas: “Belleza” o afán de comunicar

Alto Adige, Italia, 2013
La intensión de los artistas en sus obras no es alcanzar
la belleza trascendental solo intentan comunicar un mensaje. No es, como
sostienes algunas teorías -incluso que se dicen científicas-, una capacidad de
los artistas de penetrar o acceder a las profundidades de las cosas, a su
esencia. Una capacidad que permitiría, a quienes se ocupan del arte, una
comunión con la esencialidad de la realidad. Este estado de penetración sería
logrado gracias al esfuerzo ascético o a un conjuro de espíritus o a la
bondadosa generosidad de una divinidad.
Una observación simple de los artistas y sus obras muestra
que son voces que grita o pretende gritar un mensaje. La obras de arte portan
un mensaje para un público  determinado,
para quienes pueden entenderlas, no es abierto a todos aunque se puede exponer
al aire libre solo lo comprehenden unos pocos. Muchas de las piezas de arte son
reclamos no solo zalamerías, incluso algunas desagradables o hirientes.
Evidentemente, cada una de las obras de arte requiere de una interpretación (una
hermenéutica) que inicia desde las nociones del idioma, de las figuras y, lógicamente,
de los significados originales.
La capacidad de trasmitir un mensaje certeramente es
la esencia de la calidad del artista.  Las
cosas pueden ser consideradas como uno quiera que sea
; de hecho, no es indiferente
 -por llevar la contraria a K. Chesterton y acusarlo de superficialidad –
que cualquiera pise o ignore una pieza de grande importancia como la Gioconda de DaVinci, porque simplemente
no le dice nada y no encuentra la motivación para esforzarse en interpretarla.
Un ejemplo más claro se encuentra en lo que hicieron los europeos -incluidos
los supuestos sabios y académicos- en las tierras de la América India, donde destruyeron
salvajemente obras de grande valor sin ni siquiera enterarlas o peor aún
guiados de sus perjuicios que negaban cualquier posibilidad de valor fuera de
sus mundos.

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