A la muerte del Card. Martini y de Mons. Proaño

El 31 de agosto de 1988 se durmió Mons. Leonidas Proaño, el obispo de los pobres, que vivió los últimos años en su casita de Pucahuico (Imbabura); este viernes 31 de agosto de 2012 se durmió el Card. Carlo María Martini, en el Aloisianum (la casa de reposo de los jesuitas que está en Gallarate), al norte de Italia. Dos hombres que tuvieron la capacidad de escuchar y no se quedaron en la superficie (acomodados en lo que la mayoría juzga como verdades inamovibles) sino que tuvieron el coraje de profundizar más allá de los paradigmas, fueron hasta la vertiente de la vida.
No puede haber compromisos serios en un mundo donde los seres humanos viven de supuestas seguridades (de supuestas verdades) que les arrebatan las ganas de inquirir, de buscar, de descubrir… ninguno desea parecer ridículo y complicarse la existencia. Si existen alguna cosa diversa a los paradigmas impuestos (lo que todos dice que es correcto) nadie los sacará al aire o al sol, porque a nadie le interesa. Más el camino a la libertad es solo uno e implica despertar la conciencia, hacerse cargo de la situación histórica y valorizar la propia voluntad para construir, sin esperar nada de nadie.
«Una gran estrategia universal se mueve –con la voz en off como al inicio del filme  El Señor de los Anillos- para seducirlo todo, para controlarlo todo y para encadenarlo todo». Una gran estrategia que significa convertir a cada ser humano en un automata de mercado, por eso se vuelven necesarios los hombres que griten y enseñen, por esos se llaman profetas quienes sacuden las conciencia dormidas e indiferentes… Si, son profetas quienes enseñan a escuchar.. y a pintar… y a escribir… a ser libres. ¡Necesitamos profetas! ¡Profetas como Leonidas Proaño, el obispos de los pobres! ¡Profetas como Carlo María Martini, el obispo que supo escuchar las voces de Milán!

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